Un equipo de científicos de la Universidad de California en Irvine (Estados Unidos) ha descubierto un novedoso enfoque farmacológico para reducir la disfunción mitocondrial que impulsa la obesidad inducida por la dieta, lo que podría derivar en una nueva estrategia para perder peso.
El consumo de una dieta rica en grasas puede provocar obesidad y trastornos metabólicos como la diabetes y el hígado graso. El palmitato, una grasa abundante en la dieta occidental, desencadena una disfunción metabólica al provocar una fisión mitocondrial excesiva en las células.
Según recuerdan estos científicos, las mitocondrias desempeñan un papel crucial en la producción de energía de las células, pero también coordinan las respuestas al estrés celular. Así, el exceso de fisión mitocondrial perjudica su función, socavando el metabolismo y aumentando los subproductos tóxicos asociados a la resistencia a la insulina en algunos tipos de tejidos.
“Algunos estudios genéticos en ratones demuestran que el mantenimiento de las redes mitocondriales en estado de fusión puede solucionar la obesidad inducida por una dieta alta en grasas”, aclara la autora principal, Aimee Edinger, becaria del rectorado de Universidad de California y profesora de biología celular y del desarrollo. “Nuestro estudio utiliza una pequeña molécula para remodelar las mitocondrias en múltiples tejidos simultáneamente, revirtiendo la obesidad y corrigiendo la enfermedad metabólica, aunque los ratones continúen consumiendo la dieta poco saludable”, ha expresado.
En su nuevo estudio, la profesora Edinger y su equipo utilizaron su esfingolípido sintético patentado SH-BC-893, soluble en agua y biodisponible por vía oral, para inhibir las proteínas de tráfico endolisosomal necesarias para la fisión mitocondrial. El estudio se llevó a cabo mediante experimentos ‘in vitro’ y un modelo de ratón con obesidad inducida por una dieta alta en grasas.
Los investigadores observaron que el SH-BC-893 prevenía la disfunción mitocondrial en el hígado, el cerebro y el tejido adiposo blanco de los ratones que consumían una dieta occidental. Como resultado, se normalizaron los niveles circulantes de las hormonas metabólicas críticas, la leptina y la adiponectina, lo que condujo a la pérdida de peso, la mejora del manejo de la glucosa y la reversión de la enfermedad del hígado graso a pesar del acceso continuado a los alimentos ricos en grasas.
“Los desequilibrios en las hormonas leptina y adiponectina que acompañan a la obesidad crean una batalla cuesta arriba para las personas que intentan perder peso. Tener demasiada leptina puede aumentar el apetito, mientras que una actividad insuficiente de la adiponectina está relacionada con muchas enfermedades metabólicas. No se sabe muy bien cómo ni por qué, pero el estado de las mitocondrias puede ser un vínculo importante entre estas hormonas y la obesidad”, afirma la coautora del estudio, Elizabeth Selwan.
Los resultados del estudio sugieren que el SH-BC-893 podría ser una terapia prometedora para controlar la obesidad inducida por la dieta. Los autores descubrieron que el fármaco era seguro y eficaz en el modelo de ratón y planean seguir investigando el compuesto para su posible uso en pacientes humanos.
“Este compuesto actúa con un modo de acción novedoso: si es seguro y eficaz en humanos, ofrecería una nueva estrategia de pérdida de peso que podría combinarse con otros tratamientos”, ha remarcado el profesor Edinger.