La poliomielitis está casi extinta. Sin embargo, la enfermedad infecciosa sigue expandiéndose en algunos países del siglo XXI, lo que podría desencadenar una nueva epidemia difícil de controlar
La única protección eficaz contra eöl virus de la poliomielitis (conocida también como polio, para abreviar) es la vacunación. Pero no es tan fácil. «El objetivo principal era la erradicación de la poliomielitis para el 2000», dice Sabine Diedrich, del Instituto Robert Koch de Berlín (RKI). El virus, por el contrario, se expandió. Entre 2013 y 2018, se intentó erradicar completamente, sin embargo, el problema todavía no está resuelto.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) puso en marcha su programa de erradicación de la poliomielitis hace 30 años y ha avanzado mucho en esta materia. Actualmente el virus se encuentra en tres países, en los cuales no ha podido ser contrarrestado. Se trata de Afganistán, Paquistán y Nigeria. En el país africano, no se habían registrado casos de poliomielitis desde hace varios años, incluso había sido declarado libre del virus en 2015, sin embargo, un año después, se conocieron cuatro casos nuevos.
Son solo cuatro casos de polio. Eso no suena a mucho en un país que tiene 175 millones de habitantes y un territorio tan grande como Alemania o Francia juntos. Pero cada persona infectada es un peligro, por lo que Nigeria volvió a estar en la lista de los países en los que el virus es endémico, pues aún se encuentra allí.
Peligro invisible
El poliovirus es fatal debido a que la enfermedad no tiene rasgos visibles al principio, por lo tanto, puede propagarse rápidamente. El peligro de que la polio vuelva a Alemania, por ejemplo, «sigue existiendo. Desafortunadamente, los virus no tienen fronteras», advierte Diedrich, desde Berlín. La globalización, las ganas de viajar de la gente, pero también los movimientos migratorios, incrementan los riesgos de que el virus pueda regresar a países en los que se había erradicado.
En comparación con el virus de la polio, la erradicación de la viruela fue relativamente fácil, porque todas las personas infectadas se enfermaron. Estas personas podían estar aisladas y se tenía un manejo mucho mayor de ese virus. La gran diferencia es que las personas infectadas con polio suelen ser difíciles de detectar.
La poliomielitis afecta sólo a una de cada 200 personas infectadas. «Así que si hallo a una sola persona que tiene polio, puedo asumir que hay por lo menos otras 200 personas que no tienen síntomas, pero que son portadoras del virus y pueden transmitirlo», dice Diedrich.
En muchos países se utiliza una vacuna oral contra el virus. Este contiene virus vivos atenuados de la vacuna que activan una respuesta inmune en el cuerpo. Este virus se multiplica en el intestino, lo que forma una inmunidad intestinal.
Sin embargo, existe un gran riesgo también. En este proceso, el paciente libera el virus de la vacuna a través del excremento. En las zonas donde la inmunidad de una población es insuficiente, se corre el riesgo de que este pueda propagarse aún más.
La higiene es un factor crítico en la reducción del contagio con el virus, ya que la vía más común de transmisión son las manos. Los virus se transmiten de persona a persona, de manera independiente. Por eso, para la científica del RKI, la vacuna es la única medida esperanzadora.
Vacunas contra una enfermedad «bifásica»
Los primeros síntomas de la enfermedad suelen aparecer a los pocos días, pero son inicialmente atípicos. Se presenta, en principio, como una gripe con fiebre, que se asemeja a una gripe de verano. Luego viene una fase en la que las personas reaccionan relativamente bien. Pero después llega nuevamente el malestar.
«Por eso se habla de que la polio es bifásica», explica Diedrich. En esta segunda fase, se produce la llamada parálisis flácida aguda de las extremidades, es decir, de las piernas y los brazos. En otros casos, los músculos respiratorios también pueden verse afectados.
Las campañas de vacunación han sido muy exitosas. Desde el 2000 se han suministrado más de diez mil millones de dosis de vacunas a casi tres mil millones de niños en todo el mundo. Al mismo tiempo, el número de infectados con poliomielitis ha disminuido. Hace 30 años había cerca de 350 mil casos por año en todo mundo.
En los últimos años ha estado muy por debajo de los 100 casos por año. El año pasado hubo 22 casos de contagio registrados y en este año van 20. «Nosotros seguimos siendo muy optimistas en cuanto a la posibilidad de erradicar la poliomielitis. Sin embargo, mientras haya un caso en alguna parte, puede volver muy rápidamente», concluye Diedrich.
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