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OMS en alerta: 1 de cada 6 infecciones ya es resistente a los antibióticos


La resistencia a los antimicrobianos se acelera y complica el tratamiento de infecciones comunes. ¿Qué significa para pacientes, médicos y sistemas de salud? Aquí lo explicamos y proponemos medidas prácticas.


Redacción Mundo de la Salud


¿Qué está pasando?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de publicar su panorama más reciente sobre resistencia a los antibióticos. El dato que enciende las alarmas: en 2023, 1 de cada 6 infecciones bacterianas confirmadas en laboratorio fue resistente a los tratamientos habituales. Entre 2018 y 2023, la resistencia aumentó en más del 40% de los pares bacteria-antibiótico vigilados, con incrementos anuales medios de 5–15%. Detrás de estos números hay una realidad muy concreta: infecciones que tardan más en curarse, tratamientos que fallan y costos crecientes para las familias y los sistemas sanitarios.

¿Dónde es más grave?

Los niveles más preocupantes se observan en partes de Asia, Oriente Medio y África, donde ciertas infecciones sanguíneas muestran resistencias superiores al 70% frente a los tratamientos de primera línea. Pero la resistencia es un fenómeno global, alimentado por el uso indebido de antibióticos (en humanos, animales y agricultura), la falta de acceso a diagnósticos rápidos y las brechas en prevención y control de infecciones.

¿Qué bacterias están al centro del problema?

Listas de prioridad de la OMS destacan patógenos que ya no responden bien a fármacos clave: E. coli, Klebsiella, Pseudomonas, Staphylococcus aureus (incluido MRSA), Salmonella, Shigella y Neisseria gonorrhoeae, entre otros. Son agentes de ITU, neumonías, infecciones de la sangre y ETS que afectan a millones.

Por qué nos afecta a todos

  • Tratamientos más largos y caros: hospitalizaciones extendidas, más efectos adversos.
  • Riesgo en cirugías y quimioterapia: sin antibióticos eficaces, procedimientos rutinarios se vuelven peligrosos.
  • Impacto en niños y mayores: grupos más vulnerables ante patógenos multirresistentes.

Qué funciona (y podemos hacer ya)

  1. Diagnóstico primero, antibiótico después: exigir (y financiar) pruebas rápidas y cultivos cuando proceda.
  2. Usar y recetar con criterio: nada de “por si acaso”, ni interrumpir tratamientos antes de tiempo.
  3. Prevención clásica que salva: vacunas al día, higiene de manos, seguridad alimentaria, ventilación en interiores.
  4. Hospitales más seguros: programas de stewardship (uso prudente), aislamiento de casos, limpieza reforzada.
  5. Vigilancia y datos abiertos: ampliar la participación en GLASS (la red global de la OMS) y publicar resultados.
  6. Impulso a la I+D: nuevos antibióticos y diagnósticos rápidos; incentivos que hagan viable desarrollarlos.
  7. Una salud (One Health): coordinar salud humana, animal y ambiental; reducir antibióticos en ganadería salvo estricta indicación veterinaria.

Mirando adelante

La OMS acompaña el informe con campañas y guías para gobiernos, hospitales y ciudadanía. El mensaje es directo: “Actúa ahora”. La resistencia no es inevitable si cortamos su combustible: uso inapropiado, mala prevención y falta de datos.

Referencias:

World Health Organization Newsroom. One in six infections now resistant to antibiotics, WHO warns. Comunicado oficial, septiembre de 2024.

Organización Mundial de la Salud (OMS). Global Antimicrobial Resistance and Use Surveillance System (GLASS) Report 2024. Ginebra: OMS, 2024.

Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Antimicrobial Resistance Threats Report 2023. Atlanta, EE. UU.: CDC, 2023.

European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC). Antimicrobial resistance in the EU/EEA (EARS-Net report 2023). Estocolmo: ECDC, 2024.

The Lancet Infectious Diseases. Global patterns of antimicrobial resistance: a systematic analysis. Vol. 24, No. 3, 2024.