
La menarquia o primera menstruación es la culminación de una compleja secuencia de procesos que conducen a la maduración del aparato reproductor femenino, un hito biológico importante del crecimiento de las mujeres.

Rosa María Ortega Anta, Universidad Complutense de Madrid
Ese primer sangrado se suele producir en una franja relativamente amplia, entre los 11 y los 14 años. Pero ¿es más deseable una menarquia temprana o una tardía? ¿Conocemos la respuesta?
Algunos estudios han relacionado el tener una primera menstruación temprana (antes de los 11 años) con diversos riesgos para la salud en la vida adulta. Por lo tanto, todo apunta a que la menarquia adelantada no es lo mejor.
Consecuencias de la menarquia temprana en la edad adulta
En concreto, que la menstruación aparezca antes de los 11 años se ha asociado con un mayor riesgo a largo plazo de padecer enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico, cáncer de endometrio, diabetes mellitus tipo 2, escasa tolerancia a la glucosa, cáncer de mama, muerte prematura, obesidad, diabetes gestacional, aborto espontáneo, hipertensión, endometriosis, cáncer de ovario y asma.
Lo preocupante es que, de acuerdo con un estudio realizado con datos de 71 341 estadounidenses recogidos desde 1950 hasta 2005, la edad de la primera regla se ha estado adelantando en los últimos años. Y con ella, ha aumentado el tiempo transcurrido hasta conseguir la regularidad.
Estos datos son más contundentes entre los grupos raciales y étnicos minoritarios y entre los individuos de bajo estatus socioeconómico.
Obesidad y otros factores de riesgo
¿A qué se debe este adelantamiento reciente de la menarquia? En un primer momento, los investigadores se centraron en la hipótesis del papel potencial de la obesidad en el adelanto de la menarquia.
Esta postura se basa en el incremento paralelo de los casos de menarquia temprana y de obesidad infantil observado en los países desarrollados en los últimos años.
Sin embargo, la evidencia indica que, a pesar de que la obesidad en la niñez es un factor influyente, no es el principal. Por tanto, conviene identificar qué otros elementos que podrían favorecer la menarquia.
Alimentos que adelantan la primera menstruación
Dos de los factores más estudiados al respecto han sido, por un lado, la genética, y por otro, la alimentación.
Por lo que se refiere a la incidencia de la dieta, el equipo liderado por el profesor Nguyen publicó en 2020 una investigación que revelaba que las ingestas más altas de energía y proteína se asocian con el riesgo de menarquia temprana.
Según los datos arrojados por el estudio, por cada ingesta adicional de 1 gramo diario de proteína animal en la infancia, la edad de la menarquia se adelanta aproximadamente dos meses.
Por el contrario, la menarquia llegaba más tarde en niñas con una alta ingesta de fibra y ácidos grasos monoinsaturados.
Otros estudios apuntan a que la ingesta elevada de yogur, la mayor duración de la lactancia y la inseguridad alimentaria disminuyen la posibilidad de que la primera menstruación sea temprana. Todo lo contrario de lo que ocurre con el consumo carne roja y procesada, granos refinados, proteína animal y bebidas azucaradas.
Además, la lactancia materna parece jugar un papel clave en el inicio de la pubertad, principalmente debido a su relación con la formación de la microbiota intestinal en los primeros años de vida.
Otra investigación centrada en la restricción calórica concluía que esta puede dar lugar a un retraso en la menarquia.
Cuantas más frutas y verduras, mejor
También la calidad de la dieta tiene especial relevancia para determinar el momento de la primera menstruación, con independencia del índice de masa corporal o la altura.
Otro estudio reciente reveló que las voluntarias con puntuaciones más altas en el indicador de dieta saludable tienen un 8 % menos de probabilidades de alcanzar la menarquia en el mes siguiente.
Utilizaron el Índice de Alimentación Saludable Alternativo (IASA), que otorga puntos basándose en el consumo de alimentos saludables como las verduras, frutas, legumbres y granos enteros. Por el contrario, una dieta rica en sodio y grasas trans, así como carnes rojas y procesadas, resta puntos.
Lo interesante del asunto es que el consumo de carne procesada, carne roja, carne de vísceras, cereales refinados y bebidas con calorías (por ejemplo, refrescos y bebidas de fruta) aumenta la presencia de marcadores de inflamación (proteína C-reactiva, IL-6 y receptor alfa del factor de necrosis tumoral) en el plasma sanguíneo. Todo lo contrario que el consumo de verduras y frutas, que reduce también la precocidad en la aparición de la primera menstruación.
La dieta como prevención
Las conclusiones del estudio deberían servir no solo para que los médicos presten más atención a la menarquia temprana como indicador potencial de trastornos metabólicos, cáncer específico y mortalidad, sino también para que tomen medidas para prevenir activamente la pubertad temprana interviniendo en la alimentación.
Rosa María Ortega Anta, Catedrática Emérita de Nutrición y Ciencia de los Alimentos, Universidad Complutense de Madrid
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
