El calcio, con un 1,5 % de abundancia en nuestro cuerpo, ocupa el quinto lugar de la serie de elementos esenciales.

La mayoría se encuentra en huesos y dientes y es fundamental para mantenerlos fuertes y sanos.
El resto está en las neuronas, la sangre y otros tejidos corporales. También forma parte de los exoesqueletos de algunos animales invertebrados, como las conchas de los moluscos.
Para incorporar calcio a nuestro organismo es necesario tomar, por ejemplo, productos lácteos, sardinas o boquerones.
En el cuerpo contribuye a la coagulación de la sangre, la contracción y relajación de los músculos, al mantenimiento del ritmo cardiaco y al envío y recepción de señales nerviosas.
Pero no puede hacerlo él solo, para realizar sus funciones correctamente necesita la ayuda de la vitamina D, que se activa en la piel cuando recibe luz solar.
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