
Investigadores del CNIC han descubierto un nuevo mecanismo de control de la inflamación que permite manejar el daño asociado a la respuesta inmunitaria. El estudio, realizado en modelos de ratón, ha sido publicado en la revista Science.

En los ratones deficientes en DNGR-1, que no son capaces de reconocer correctamente el daño del tejido, se produce una llegada descontrolada de neutrófilos que causa un edema (daño) mucho mayor. / CNIC
Cuando se produce una infección o un daño en los tejidos, el organismo reacciona activando la respuesta inmune inflamatoria que rechaza la infección o repara el tejido dañado. Sin embargo, en ocasiones un exceso de inflamación puede causar el efecto contrario y provocar un daño mayor, como sucede en las alergias o enfermedades autoinmunes.
Ahora, investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) han descubierto un nuevo mecanismo de control de la inflamación que permite manejar el daño asociado a la respuesta inmunitaria. El estudio se publica hoy en la prestigiosa revista científica Science.
Es importante conocer cómo el sistema inmunitario controla la respuesta inflamatoria de los neutrófilos para que no resulte dañina para nuestro organismo
La inflamación es un mecanismo de defensa que facilita la llegada de células del sistema inmunitario al lugar donde se ha producido la agresión, por ejemplo, al páncreas durante una pancreatitis o al corazón en situaciones de infarto. La función de estas células inmunitarias es eliminar el daño causante de dicha inflamación y contribuir a la reparación del tejido dañado.
“Los neutrófilos son las primeras células inmunitarias que llegan al foco infeccioso o inflamatorio, con el objetivo de eliminar la agresión. Sin embargo, son muy destructores y no actúan únicamente sobre la infección, sino también sobre el tejido al que llegan”, explica David Sancho, que dirige el laboratorio de Inmunobiología del CNIC que ha realizado el estudio.
Según Sancho, la eliminación de la lesión conlleva un daño a los propios tejidos. Este proceso se conoce como inmunopatología, ya que se trata de un daño en el tejido causado por nuestro propio sistema inmunitario.
“Por ello resulta importante caracterizar cómo nuestro sistema inmunitario puede controlar la respuesta inflamatoria de los neutrófilos para que no resulte dañina para nuestro organismo”, añade.
Este trabajo ha identificado que las células dendríticas, además de ser esenciales para dirigir la respuesta específica de los linfocitos T, también pueden controlar la infiltración de los neutrófilos en los tejidos y atenuar así la inflamación para evitar un daño excesivo en los tejidos.
La investigación se ha realizado en modelos de ratón, único sistema que reproduce la complejidad de las infecciones y procesos inflamatorios estudiados, y permite entender mejor cómo se regulan respuestas inmunopatológicas (dañinas) generadas por nuestras propias defensas.

Cómo funciona la regulación del sistema inmunitario
Las células dendríticas, señala Carlos del Fresno, primer autor del artículo, “producen factores que atraen a los neutrófilos al foco inflamatorio, como es el caso de la quimioquina Mip-2. Y, al mismo tiempo, estas células dendríticas también expresan en su superficie un receptor llamado DNGR-1, capaz de reconocer el daño en los tejidos. Esto se debe a que identifica componentes del interior de las células, que solo son accesibles cuando la célula está dañada o ‘rota’”.
Este trabajo permite entender mejor cómo se regulan respuestas inmunopatológicas (dañinas) generadas por nuestras defensas
“Así, cuando DNGR-1 detecta dicha lesión –aclara del Fresno–, detiene la capacidad de las células dendríticas de producir Mip-2 y, por tanto, reduce la llegada de neutrófilos al órgano dañado. De esta forma se evita que se genere una lesión mayor, que puede llegar incluso a comprometer la integridad del organismo”.
Entender cómo funciona la regulación del sistema inmunitario, tanto en su lado positivo de lucha contra la infección o el cáncer o favoreciendo la reparación de tejidos, como en su lado negativo en el que puede provocar exceso de daño inflamatorio durante una infección, reacción alérgica o enfermedad autoinmune es muy importante, subraya Paula Saz, coprimera autora del trabajo.
“En el sistema inmunitario siempre se produce este equilibrio, y aprender a controlarlo es la clave para poder luchar contra muchas enfermedades que tienen un componente inmunitario”, afirma.
Según los investigadores del CNIC, este conocimiento podría aplicarse a enfermedades en las que la llegada masiva de neutrófilos contribuye al desarrollo de la patología, tanto durante procesos infecciosos como en el daño de tejidos como consecuencia, por ejemplo, de un infarto de miocardio.
Leer más
- Las personas con síndrome de Down tienen mayor riesgo de alzheimer: un análisis de sangre podría detectarlo
- Qué es la terapia CAR-T y cómo entrena al sistema inmune para combatir el cáncer
- Qué pasa si tomo magnesio todos los días antes de acostarme
- Los gemelos cardíacos digitales: un nuevo aliado para entender y tratar las arritmias
- Hay alimentos que podrían adelantar la primera menstruación
- Las moléculas pequeñas presentes en los alimentos de origen vegetal podrían reducir la eficacia de los medicamentos contra el cáncer
- ¿Es posible apuntar al cerebro para tratar la diabetes tipo 2?
- No es la enfermedad de sus padres: los investigadores abordan la desconcertante diabetes tipo 2 que aparece en la juventud
- Reemplazar productos animales por alimentos de origen vegetal conduce a la pérdida de peso en personas con diabetes tipo 1, según una nueva investigación.
- Un estudio descubre la fuente de variación genética que influye en los tumores cerebrales infantiles