Un nuevo enfoque para tratar el cáncer de páncreas usando “células asesinas educadas” se ha mostrado prometedor, según una investigación inicial realizada por la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido). Se trataría, además, de una inmunoterapia personalizada, “extremadamente segura” y sin apenas efectos secundarios.
La nueva inmunoterapia basada en células, que aún no se ha probado en humanos para cáncer de páncreas, hizo que los ratones estuvieran completamente libres de cáncer, incluidas las células cancerosas que ya se habían extendido al hígado y los pulmones.
Cada año, alrededor de 9.800 personas en el Reino Unido son diagnosticadas con cáncer pancreático. La enfermedad es particularmente agresiva y tiene una de las tasas de supervivencia más bajas de todos los cánceres. Esto se debe a que a menudo se diagnostica en una etapa tardía y avanzada, cuando el tumor ya se ha diseminado a otros órganos.
En el estudio, publicado en la revista ‘Gut’, el equipo utilizó células de cáncer de páncreas de pacientes con enfermedad en estadío avanzado y las trasplantó a ratones. Luego tomaron las células inmunes de los pacientes y las modificaron para identificar y eliminar específicamente las células cancerosas, creando “células asesinas educadas” o células CAR-T.
Y por primera vez, el equipo introdujo una nueva tecnología que les permitió controlar completamente la actividad de las células CAR-T, lo que las hace potencialmente más seguras.
El primer autor de la investigación, el doctor Deepak Raj, de la Universidad Queen Mary de Londres, ha explicado: “La inmunoterapia con células CAR-T ha sido tremendamente exitosa en los cánceres de la sangre, pero desafortunadamente, ha habido efectos secundarios tóxicos en el tratamiento de tumores sólidos. Dado el pronóstico sombrío de cáncer de páncreas con tratamientos convencionales, es de vital importancia que desarrollemos terapias de células CAR-T seguras y eficaces para tumores sólidos, como el cáncer de páncreas”.
“Nuestro trabajo –explica– sugiere que nuestras nuevas células CAR-T ‘intercambiables’ podrían administrarse a pacientes humanos con cáncer de páncreas, y podríamos controlar su actividad a un nivel que mate el tumor sin efectos secundarios tóxicos en los tejidos normales”.
El nuevo sistema ‘conmutable’ CAR-T del equipo significa que el tratamiento se puede activar y desactivar, o cambiar su actividad al nivel deseado, lo que hace que la terapia sea extremadamente segura y minimiza los efectos secundarios y mejora la seguridad del tratamiento.
La actividad del tratamiento se controló mediante la administración o retirada de la molécula de “cambio” en ratones vivos, sin afectar la capacidad del tratamiento para matar los cánceres de páncreas. El equipo ahora espera llevar esta terapia prometedora a la fase clínica, para probarlo en personas.
Nile Amos, Gerente de Investigación de Pancreatic Cancer UK, ha manifestado el orgullo “de haber financiado esta investigación que destaca el potencial de la inmunoterapia con células CAR-T para combatir el cáncer de páncreas. Durante más de 40 años se ha avanzado muy poco en el desarrollo Nuevos tratamientos para esta enfermedad devastadora, para los cuales la supervivencia sigue siendo inaceptablemente baja”.
“Los resultados son extremadamente prometedores, pero hay más trabajo por hacer, por lo que estamos encantados de financiar la próxima etapa de esta ciencia de vanguardia a través de nuestra beca de investigación más grande, el Pancreatic UK Gran Premio de Cáncer”, concluye.
Fuente: infosalus.com
Leer más
- Panel de salud de EE.UU. agrega opción de autoevaluación para detección de cáncer de cuello uterino
- Cuando la diabetes pasa de ser crónica a terminal
- Discapacidad por trastorno mental grave: ¿cómo se puede lograr la recuperación?
- El diseño de una vacuna ampliamente eficaz ofrece nuevas esperanzas en la lucha contra la hepatitis C
- Científicos identifican mutación que podría facilitar la infección por el virus de la gripe aviar H5N1 y su posible transmisión en humanos
- La práctica de deportes en la infancia y en la adolescencia redunda en beneficios cardíacos permanentes