
Se considera que los niveles elevados de p-tau 181 y 217 en el líquido cefalorraquídeo reflejan una patología temprana de la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, la detección de biomarcadores, que ahora forma parte de los criterios de diagnóstico, requiere una punción lumbar que puede ser invasiva para los pacientes. Estudios recientes han demostrado que las proteínas p-tau también se pueden detectar en la sangre de pacientes con EA mediante ensayos de alta sensibilidad, lo que facilitaría mucho el diagnóstico.
por Jonas Machner, Universitätsmedizin Halle

«Los expertos esperaban un avance que permitiera una detección temprana, mínimamente invasiva y económica, de la enfermedad de Alzheimer en la población general», explica el catedrático Markus Otto, director de la Clínica Universitaria y de la Clínica Ambulatoria de Neurología de la Universidad de Medicina de Halle. Además de la enfermedad de Alzheimer, Otto investiga la detección temprana de otras enfermedades neurológicas antes de que aparezcan los síntomas clínicos. Una de ellas es la ELA, una enfermedad degenerativa del sistema nervioso motor.
«Hemos observado que los niveles de p-tau 181 estaban elevados en la sangre de los pacientes con ELA, pero no en el líquido cefalorraquídeo , como ocurre en los pacientes con EA. Para descubrir las causas de este fenómeno, hemos puesto en marcha el mayor estudio sobre el tema realizado hasta la fecha», explica el neurólogo Prof. Otto. En colaboración con colegas de las universidades de Milán, Mannheim y Ulm, el investigador examinó a 111 pacientes de Alzheimer y 152 pacientes con ELA y los comparó con 122 sujetos de control que no presentaban síntomas de EA o ELA.
El estudio se publica en la revista Nature Communications .
Tau-p en sangre: no tan específico del Alzheimer como se esperaba, pero aún así significativo
No sólo se confirmaron las sospechas de los investigadores, sino que también hicieron otros descubrimientos.
«Los niveles de p-tau 181 en la sangre de los pacientes con ELA son tan elevados como en los pacientes con EA. Hemos podido demostrar por primera vez que la p-tau 217 en sangre también está elevada en los pacientes con ELA. Nuestro estudio confirma que ambos análisis de sangre para la detección temprana de la EA no son tan específicos de la enfermedad como se creía anteriormente. Sin embargo, en este estudio también hemos descubierto que p-tau 181 y 217 podrían ser biomarcadores potenciales que podrían ser adecuados para el diagnóstico temprano de ELA o para controlar la progresión de la enfermedad y la eficacia de nuevos medicamentos.
«Lo que, a primera vista, parece un revés para la evaluación diagnóstica de la enfermedad de Alzheimer podría ayudarnos a comprender y tal vez mejorar el tratamiento de la ELA y otros trastornos musculares», explica el primer autor del estudio, el Dr. Samir Abu Rumeileh, médico sénior y científico clínico de la Universidad de Medicina de Halle.
Las proteínas P-tau continúan desempeñando un papel importante en la detección en sangre de la EA temprana.
«Aún es posible detectar la patología de la enfermedad de Alzheimer, pero no con la precisión que se desearía ni de la forma que se suele sugerir. Un resultado positivo en la prueba de p-tau podría, por ejemplo, incitar a los médicos a realizar otras investigaciones diagnósticas más informativas, como pruebas neuropsicológicas, imágenes o análisis del líquido cefalorraquídeo. Sin embargo, nuestros hallazgos limitan el potencial de los biomarcadores de p-tau como pruebas de detección debido a la superposición de parámetros de la enfermedad en las etapas asintomáticas o tempranas de la enfermedad de Alzheimer y la ELA, dada la superposición en las concentraciones de biomarcadores entre las dos enfermedades», concluye el profesor Otto.
La aprobación de nuevas terapias con anticuerpos para el Alzheimer en los EE. UU., y su esperada aprobación en Europa, resalta la importancia de la investigación dirigida a la detección temprana de la enfermedad, ya que actualmente solo el tratamiento temprano tiene potencial de éxito.
Contrariamente a suposiciones anteriores, el cerebro no es la única fuente posible de p-tau
La espectrometría de masas y los análisis inmunohistoquímicos de tejidos han demostrado que el músculo de los pacientes con ELA es capaz de producir y expresar p-tau.
«La hipótesis de que estos marcadores sanguíneos sólo proceden del cerebro está en tela de juicio», explica el profesor Otto.
Otros tejidos y enfermedades, en particular las enfermedades neuromusculares, también podrían influir en los niveles de p-tau. Estos hallazgos plantean preguntas sobre las teorías actuales sobre cómo se desarrolla la patología de la proteína tau en pacientes con enfermedad de Alzheimer y harán que los científicos busquen respuestas en el futuro cercano.
Más información: Samir Abu-Rumeileh et al., La fosforilación de tau 181 y 217 aumenta en el suero y el músculo de pacientes con esclerosis lateral amiotrófica, Nature Communications (2025). DOI: 10.1038/s41467-025-57144-7
