Un equipo internacional de investigadores ha encontrado evidencia que sugiere que los niños comienzan a volverse susceptibles a la influencia social cuando cumplen 12 años.
por Bob Yirka, Medical Xpress
En su artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences , el grupo describe experimentos que realizaron con 155 niños entre las edades de seis y 14 (algunos de los cuales eran autistas) y lo que encontraron.
En general, se entiende que los humanos son susceptibles a la influencia social; las personas pueden llegar a creer algo simplemente porque alguien más les dijo que era cierto, por ejemplo. O las personas pueden verse influenciadas por la información que reciben de otros para hacer algo de cierta manera, incluso si la información que reciben es claramente incorrecta. En este nuevo esfuerzo, los investigadores buscaron aprender más sobre la edad a la que los niños comienzan a volverse susceptibles a la influencia social.
Los experimentos implicaron involucrar a cada niño en un juego en el que pretendían pilotar una nave espacial. Parte del juego consistía en maniobrar alrededor de agujeros negros, lo que implicaba girar cilindros con puntos blancos y negros en ellos. Pero para saber en qué dirección girar los cilindros, los niños pilotos necesitaban saber en qué dirección giraban los agujeros negros. Para hacer el juego un poco más difícil, el niño también tuvo que descifrar ilusiones ópticas. Antes de jugar, a cada niño se le asignó un asesor, ya sea un adulto u otro niño de la misma edad. El asesor ofreció consejos durante el juego sobre la forma en que los agujeros negrosestaban girando. Sin embargo, sin que el niño lo supiera, a veces el asesor da buenos consejos y otras veces no. Pero el truco fue que los niños pudieron ver por sí mismos en qué dirección girar el cilindro.
Después de concluir los experimentos, los investigadores observaron qué niños seguían los consejos de los asesores y cuáles no. Informan que los niños de 12 años en adelante eran más susceptibles a los consejos del asesor, incluso cuando podían ver que el consejo era incorrecto. También se retrasaron en la toma de decisiones a la hora de decidir si seguir o no un mal consejo. Los niños más pequeños, por otro lado, tienden a ignorar al asesor independientemente de su edad. Los investigadores también encontraron que los niños autistas son menos susceptibles a dicha influencia social independientemente de su edad o la edad del asesor.