Investigadores de la University of Michigan Rogel Cáncer, en Estados Unidos, están desentrañando un hilo crucial que explica por qué el cáncer a menudo se vuelve resistente al tratamiento.
En un hallazgo innovador en 2003, Max S. Wicha y sus colegas descubrieron que un pequeño número de células dentro de un tumor -las células madre del cáncer- eran responsables de alimentar el crecimiento y la diseminación del cáncer; por lo que, si matas a las células madre, podrías dominar el cáncer. Pero el cáncer es como un juego de ‘whack-a-mole’, en el que golpeas un topo en un sitio y vuelve a aparecer otro en otro lugar.
Ahora, los investigadores han descubierto que las células madre cancerosas existen en más de un estado y son muy plásticas, lo que significa que pueden cambiar de forma, moviéndose hacia adelante y hacia atrás entre un estado inactivo y un estado de rápido crecimiento. Esta plasticidad es responsable de las dos características clave del cáncer: multiplicación y propagación.
“Cuando usamos terapias dirigidas, a menudo solo funcionan durante un cierto periodo de tiempo, y luego el cáncer se vuelve resistente. Mucha de esa resistencia proviene de las células madre del cáncer. Cambian de forma para evadir la terapia dirigida”, dice Wicha, profesor de Oncología y director del Instituto Forbes para el Descubrimiento del Cáncer en el ‘Rogel Cancer Center’.
Atacar múltiples formas
“Esto nos dice que vamos a necesitar terapias de células madre múltiples para atacar múltiples formas de células madre”, alerta. Y explica que el metabolismo celular controla este cambio, lo que sugiere una posible forma de atacar las células madre. Las células obtienen energía a través de las mitocondrias, que dependen del oxígeno y del azúcar o la glucosa. Las células madre del cáncer extraen energía en ambos sentidos. En estado latente, usan glucosa; en estado proliferativo, dependen del oxígeno.
Entonces, los científicos atacaron el metabolismo en ambos sentidos. Usaron un medicamento utilizado actualmente para tratar la artritis que se sabe que bloquea las mitocondrias y manipularon la glucosa para bloquear ese camino. Lo probaron en ratones con cáncer de mama y descubrieron que podían destruir las células madre, como informan en un artículo que se publica en ‘Cell Metabolism’.
“En lugar de simplemente tratar de usar sustancias químicas tóxicas para matar una célula, usamos el metabolismo de la célula para matar el cáncer”, resume Wicha. Los investigadores también están entendiendo que el sistema inmune está regulado por el metabolismo, lo que sugiere la posibilidad de combinar terapias con células madre con inmunoterapias. Los investigadores esperan llevar este concepto a la clínica en los próximos años.
Fuente: europapress.es
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