Algunas pacientes con cáncer de mama reciben quimioterapia antes de que les extirpen el tumor con cirugía.
Este enfoque, llamado terapia “neoadyuvante”, ayuda a reducir el tamaño del tumor para facilitar la cirugía de conservación de la mama, e incluso puede erradicar el tumor, dejando pocas o ninguna célula cancerosa para que extraiga el cirujano. En esos casos, es muy probable que las pacientes permanezcan sin cáncer de por vida tras la cirugía.
Pero no todos los tumores se encogen bajo la quimioterapia. Si el tumor resiste la terapia neoadyuvante, puede haber un mayor riesgo de desarrollar enfermedad metastásica, lo que significa que el tumor recurrirá en otros órganos, como los huesos o los pulmones. Esto podría deberse a células cancerosas que resisten la quimioterapia y se diseminan a otros órganos mientras se trata el tumor primario.
Ahora, un equipo internacional de científicos dirigido por Michele De Palma, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, ha arrojado nueva luz sobre este proceso. Al trabajar con modelos de tumores experimentales, los científicos encontraron que dos medicamentos de quimioterapia que se usan con frecuencia en pacientes, paclitaxel y doxorubicina, inducen a los tumores mamarios a liberar pequeñas vesículas llamadas exosomas.
Bajo la quimioterapia, los exosomas contienen la proteína anexina-A6, que no está presente en los exosomas liberados de tumores no tratados. “Parece que la carga de anexina-A6 en exosomas mejora significativamente en respuesta a la quimioterapia”, explica Ioanna Keklikoglou, primera autora del estudio.
Después de ser liberados de un tumor tratado con quimioterapia, los exosomas circulan en la sangre. Al llegar al pulmón, los exosomas liberan su contenido, incluida la anexina-A6, lo que estimula a las células pulmonares a liberar otra proteína, CCL2, que atrae a las células inmunes llamadas monocitos.
Esta reacción inmunológica puede ser peligrosa, ya que estudios previos han demostrado que los monocitos pueden facilitar la supervivencia y el crecimiento de células cancerosas en el pulmón, que es uno de los pasos iniciales en la metástasis. “En resumen, nuestro estudio ha identificado un nuevo vínculo entre la quimioterapia y la metástasis del cáncer de mama”, dice De Palma.
Neutralizar una molécula para evitar la metástasis
Al corroborar sus datos de laboratorio, los investigadores encontraron niveles elevados de anexina-A6 también en los exosomas de pacientes con cáncer de mama que se sometieron a quimioterapia neoadyuvante. Sin embargo, De Palma advierte en relación a las conclusiones: “Aunque esta observación respalda la importancia de nuestros hallazgos, en este momento no sabemos si la anexina-A6 tiene alguna actividad pro-metastásica en el cáncer de mama humano”.
Es importante destacar que los científicos detectaron que neutralizar la anexina-A6 o bloquear los monocitos durante la quimioterapia evita que los tumores mamarios experimentales se metastaticen en el pulmón. Estos resultados pueden ayudar a mejorar la eficacia y seguridad de la quimioterapia neoadyuvante. “Se han desarrollado varios inhibidores de monocitos para uso clínico, por lo que pueden probarse en combinación con quimioterapia neoadyuvante para limitar potencialmente los efectos secundarios no deseados en los que median los exosomas”, dice De Palma.
“Nuestros hallazgos no deben desalentar a los pacientes a recibir quimioterapia neoadyuvante cuando esté indicada”, agrega el equipo clínico del estudio. “Sigue siendo un tratamiento esencial y potencialmente curativo para muchos cánceres de mama invasivos, como lo demuestran varios ensayos clínicos”, afirma.
El laboratorio del profesor De Palma es parte del Instituto Suizo para la Investigación del Cáncer Experimental (ISREC, por sus siglas en francés) dentro de la Escuela de Ciencias de la Vida en la EPFL. ISREC está profundamente involucrado en el Centro Suizo de Cáncer Léman (SCCL, por sus siglas en francés), un consorcio de investigación del cáncer que incluye el Hospital Universitario de Lausan (CHUV, por sus siglas en francés), los hospitales universitarios de Ginebra (HUG, por sus siglas en francés), las universidades de Lausanne (UNIL, por sus siglas en francés) y Ginebra (UNIGE, por sus siglas en francés), y EPFL.
Fuente: infosalus.com