Personas trasplantadas se recuperan mejor con ejercicio


La evidencia científica muestra que la práctica regular de actividad y ejercicio físico por parte de personas trasplantadas afecta positivamente los resultados antes, durante y después del procedimiento, mejorando su calidad de vida a nivel físico y mental.



“Durante muchos años entrené diariamente y me desempeñé como deportista en tenis, ciclismo y rutas de resistencia, hasta que en 2009 una falla renal truncó un poco mi sueño deportivo, pero surgió otro más importante: el de estar sano, sobrevivir y tener una segunda oportunidad”.

Así lo narra Roberto Cáceres, ciclista trasplantado de riñón, invitado a la charla “Actividad física y deporte en el trasplante: transformando vidas”, del programa #SaludUNALContigo, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

En los últimos 6 años se han realizado en Colombia 1.337 trasplantes de hígado y 4.566 de riñón, lo que muestra que la población beneficiaria de este procedimiento ha ido aumentando con los años.

“Estas cifras dejan ver la importancia de establecer estrategias como la práctica deportiva y de actividad física en estas personas, para mejorar su calidad de vida, su salud y evitar posibles complicaciones que se puedan presentar con el trasplante, además de ayudar a mejorar las situaciones asociadas con el uso de medicamentos requeridos en el proceso”, señala la profesora Érica Mancera, de la Facultad de Medicina de la UNAL, doctora en Ciencias – Biología.

La docente resalta que aunque hoy se evidencia un incremento importante en la cantidad de personas receptoras de trasplantes que ha desencadenado un aumento anual de las tasas de supervivencia en todo el mundo, la mayoría de los candidatos y receptores tienen niveles bajos de actividad física, ejercicio y práctica deportiva.

Además se ha tenido una disminución de cerca del 35 % en el número de procedimientos de trasplante de órganos sólidos y de médula ósea a causa de la pandemia por SARS-CoV-2, lo que ha impactado el mejoramiento de la calidad de vida de los pacientes en Colombia.

Sí a la actividad física responsable

Según la doctora Carolina Guarín, directora ejecutiva de la Asociación Colombiana de Trasplante de Órganos (ACTO), cuando una persona sale del procedimiento puede retomar sus actividades diarias de manera paulatina, incluyendo la actividad física, pues de no hacerlo, tendrá el riesgo de sufrir de trombos.

“Estos ejercicios se pueden comenzar lentamente desde la primera semana. Es importante que la persona haga ejercicio todos los días, con movimientos constantes del cuerpo, pues tendrá una mejor calidad de vida y recuperará más rápido las actividades del diarias”, aclara la doctora Guarín.

Advierte que todas las actividades se pueden hacer de forma inmediata, salvo aquellas que contengan algún material tóxico, como pintar o trabajar con pinturas, pero aquellos pasatiempos adicionales como ver televisión, ir a cine, caminar, se pueden hacer, siempre y cuando se tengan las precauciones necesarias.

“Antes de hacer un ejercicio de alta intensidad se deben tener unas plaquetas por encima de 100.000 y estar en condiciones adecuadas. Por eso, al comienzo del postrasplante se deben revisar con el deportólogo o el fisioterapeuta, junto con el médico tratante posquirúrgico”, detalla.

También mejoran otros órganos

Según la médica Alejandra Martín, magíster en Epidemiología Clínica y fundadora de la Asociación Colombiana de Deportistas Trasplantados (Acodet), la evidencia científica también soporta el hecho de que la calidad de los demás órganos mejora con la actividad física.

“Los órganos con los que el paciente ha tenido algún impacto por enfermedad de base presentan una mejora contundente, como por ejemplo en la enfermedad renal, en la que las diálisis y los tratamientos suelen deteriorar otros órganos. Sin embargo, cuando la persona hace actividad física, la recuperación de estos procesos se da más rápido, permitiendo una producción de colágeno y manteniendo el corazón más fuerte”.

Señala además que es importante que tanto los adultos como los niños trasplantados recuperen su autonomía e identidad para empezar esa nueva vida de una manera más poderosa y con el menor impacto.

“Aunque hay limitaciones y temores, en la medida en que la persona empiece a reactivarse notará que la actividad física irá de menos a más. Por ejemplo, si tiene dificultades para caminar, al hacerlo paulatinamente esas actividades podrán ser más prolongadas con el tiempo, más intensas y con mayor vigor”, concluye la especialista.(Por: fin/SMC/MLA/LOF)