Investigadores de la Universidad de Kumamoto han descubierto un anticuerpo monoclonal capaz de neutralizar una amplia gama de variantes del SARS-CoV-2, incluidas las esquivas subvariantes ómicron. Este anticuerpo, llamado K4-66, fue aislado de un caso de infección por variante delta.
por la Universidad de Kumamoto
Los hallazgos, publicados en la revista eBioMedicine , resaltan la capacidad excepcional de K4-66 para atacar múltiples variantes del SARS-CoV-2, incluidas cepas ómicron recientes como EG.5.1, XBB.1.5 y JN.1.
El equipo de investigación, dirigido por el profesor Shuzo Matsushita del Centro de Investigación Conjunta para la Infección por Retrovirus Humanos (JRCHRI) de la Universidad de Kumamoto, descubrió que el K4-66 utiliza un gen conocido como IGHV3-53/3-66, que le permite adaptarse a las frecuentes mutaciones del virus. Este gen contribuye al desarrollo de «anticuerpos públicos», un tipo de anticuerpo que a menudo se induce en personas vacunadas o infectadas.
Si bien muchos anticuerpos públicos pierden eficacia contra variantes muy mutadas, K4-66 exhibe una rara capacidad para neutralizarlas, reduciendo incluso las cargas virales en los pulmones de modelos de hámster infectados con el ómicron XBB.1.5.
Los análisis estructurales de K4-66 revelaron que su eficacia de amplio espectro reside en su capacidad de formar interacciones electrostáticas con el dominio de unión al receptor (RBD) de la proteína Spike, una región crucial para que el virus infecte las células humanas.
Este descubrimiento es particularmente significativo ya que la constante evolución del SARS-CoV-2 ha creado variantes que evaden la inmunidad de las vacunas y los anticuerpos terapéuticos actuales. Las subvariantes ómicron, en particular, han demostrado ser altamente resistentes, lo que complica los esfuerzos globales para controlar la pandemia.
La capacidad del K4-66 para neutralizar diversas variantes ofrece esperanza para el desarrollo de nuevas vacunas y terapias que sigan siendo efectivas a pesar de la rápida evolución del virus.
Las implicaciones de esta investigación van más allá de las aplicaciones inmediatas. El estudio sugiere que mejorar la maduración de anticuerpos públicos como el K4-66 mediante estrategias de vacunación dirigidas podría conducir a defensas inmunitarias más robustas y duraderas. Estos avances tienen el potencial de prevenir futuros brotes y mitigar los riesgos que plantean las variantes emergentes.
Este avance se logró gracias a la colaboración con instituciones de todo Japón, entre ellas la Universidad de Tokio y la Universidad de Kioto. El profesor Matsushita destacó la importancia de este descubrimiento y destacó su potencial para orientar el desarrollo de vacunas de próxima generación.
Más información: Takeo Kuwata et al., Inducción de anticuerpos públicos IGHV3-53 con actividad ampliamente neutralizante contra el SARS-CoV-2, incluidas las subvariantes ómicron en un caso de infección por variante Delta, eBioMedicine (2024). DOI: 10.1016/j.ebiom.2024.105439