
Las señales corporales, como los latidos del corazón y la respiración, nos acompañan constantemente, a menudo desapercibidas como ruido de fondo en nuestra percepción. Incluso en los primeros años de vida, estas señales son importantes, ya que contribuyen al desarrollo de la autoconciencia y la identidad. Sin embargo, hasta ahora, se sabe poco sobre si los bebés pueden percibir sus propias señales corporales y cómo lo hacen.
Un estudio reciente del Laboratorio Wiener Kinderstudien de la Universidad de Viena demuestra por primera vez que bebés de tan solo 3 meses pueden percibir sus propios latidos. Además, el equipo, dirigido por investigadores de la Universidad de Viena, junto con colegas de la Universidad de Potsdam y la Universidad Royal Holloway de Londres, también investigó la percepción de los bebés primerizos de su propia respiración y descubrió cambios durante los dos primeros años de vida. Los resultados se publican ahora en la revista eLife .
La percepción de las señales corporales internas está estrechamente vinculada a la conciencia emocional, la salud mental y la autopercepción. En las primeras etapas de la vida, la capacidad de percibir las propias señales corporales puede ser especialmente importante, ya que a menudo sienta las bases para las interacciones con los cuidadores; por ejemplo, los bebés dependen de que sus cuidadores respondan adecuadamente a las señales de hambre o malestar. Además, el desarrollo de la autoconciencia y la identidad depende en parte de la percepción y la experiencia del propio cuerpo.
El estudio muestra que incluso los bebés de 3 meses pueden percibir sus propios latidos y que esta capacidad se mantiene relativamente estable durante los dos primeros años de vida. Al mismo tiempo, los hallazgos indican que la percepción de la respiración mejora significativamente durante el segundo año. Curiosamente, la capacidad de percibir los latidos y la respiración no parecen estar relacionadas, al igual que en los adultos.
Medir la conciencia corporal en bebés es un desafío, ya que, a diferencia de los adultos, no se puede confiar en los informes verbales. Por lo tanto, el equipo de investigación utilizó métodos innovadores mediante el seguimiento de los movimientos oculares de los bebés mientras observaban figuras adaptadas a niños. Estas figuras se movían en sincronía con los latidos del corazón o la respiración del niño, o con un ligero retraso.
Los resultados mostraron que, incluso a una edad temprana, los bebés reconocen la correspondencia entre sus propios latidos cardíacos o ritmo respiratorio y las figuras animadas. Miraron la pantalla durante más tiempo cuando las figuras estaban sincronizadas que cuando se retrasaban.
«Los bebés debieron reconocer que las figuras se movían simultáneamente con sus latidos o su respiración, y entonces prestaron más atención», dijo el autor principal del estudio, Markus Tünte, de la Universidad de Viena.
Estos hallazgos abren perspectivas prometedoras para futuras investigaciones en psicología del desarrollo. En particular, es importante explorar cómo la conciencia corporal temprana se relaciona con el desarrollo de habilidades emocionales y sociales , así como el papel de los padres en la formación de la percepción corporal temprana. A largo plazo, esta investigación podría utilizarse para promover una conciencia corporal saludable y, en consecuencia, la salud mental de los niños.
Más información: Markus R Tünte et al., Sensibilidad interoceptiva respiratoria y cardíaca en los dos primeros años de vida, eLife (2023). DOI: 10.7554/eLife.91579
