La mandarina, una aliada contra el colesterol



Desde la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP buscan prevenir y atenuar la aterosclerosis, una enfermedad inflamatoria, multifactorial y progresiva


UNLP/DICYT En Argentina, las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de mortalidad, siendo la aterosclerosis la que ocasiona el mayor porcentaje de los decesos por dichas patologías. Dentro de los factores de riesgo se encuentran los no modificables tales como edad, sexo y antecedentes hereditarios, y los modificables como es el caso del sobrepeso u obesidad, tabaquismo, sedentarismo o dieta rica en grasas.

Atentos a esta problemática, investigadores de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata buscan descender los niveles de colesterol y reducir los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares a través del uso de aceite de cascara de mandarina.

Desde el Laboratorio de Productos Naturales y Metabolismo Lipídico del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de La Plata (INIBIOLP- UNLP- CONICET), evalúan los efectos del aceite de la cáscara de este cítrico, así como el de su componente mayoritario, el limoneno, para mejorar la salud de las personas propensas a padecer este tipo de enfermedades.

La aterosclerosis es una enfermedad inflamatoria, multifactorial y progresiva producida por el depósito de moléculas lipídicas en las paredes de las arterias.

Los niveles elevados de colesterol plasmático y consecuentemente de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) que lo transportan, pueden promover un proceso inflamatorio en la pared vascular con el reclutamiento y activación de células del sistema inmunitario y oxidación de las LDL, marcando el inicio de la lesión aterosclerótica.

«La obstrucción de las arterias por las placas de ateroma ocasiona una disminución de la irrigación sanguínea, y como consecuencia puede producirse angina de pecho, infarto de miocardio, hemorragias y trombosis cerebrales o aneurismas.»

María Agustina Castro, una de las investigadoras que conforma el equipo del INIBIOLP, afirmó que “se ha demostrado el gran potencial que posee el aceite de cáscara de mandarina como hipocolesterolemiante y antioxidante. Por lo tanto, la ingesta de estos compuestos naturales lograría un descenso de los niveles de colesterol y de especies reactivas de oxígeno (estrés oxidativo) disminuyendo el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares”.

Castro explicó que se evaluó el efecto del aceite de cáscara de mandarina y su componente mayoritario, el limoneno, sobre la proliferación de líneas celulares de macrófagos (células fagocíticas del sistema inmunitario), su diferenciación a células espumosas (macrófagos con gran cantidad de gotas lipídicas) y sobre el incremento del contenido lipídico de las mismas. Todos estos, procesos estrechamente involucrados en la formación y progresión de la placa aterosclerótica.

Cifras alarmantes

Las enfermedades cardiovasculares representan la principal causa de muerte en todo el mundo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren más personas por ECV que por cualquier otra causa. Se calcula que en 2015 murieron por esta causa 17,7 millones de personas, lo que representa un 31% de todas las muertes registradas en el planeta. De estas muertes, 7,4 millones se debieron a la cardiopatía coronaria, y 6,7 millones, a los accidentes cerebros vasculares.

Las estadísticas revelan que más de tres cuartas partes de las defunciones por enfermedades cardiovasculares se producen en los países de ingresos bajos y medios.


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