
La fibrilación auricular (FA) es la arritmia sostenida más frecuente en la práctica clínica, con una prevalencia creciente debido al envejecimiento poblacional. Su principal complicación es el ictus cardioembólico, por lo que el diagnóstico precoz y la correcta anticoagulación resultan esenciales.
Redacción Mundo de la Salud
Mecanismos fisiopatológicos
La FA se produce por desorganización eléctrica auricular con múltiples circuitos de reentrada. Factores como hipertensión, valvulopatías, obesidad y apnea del sueño aumentan la susceptibilidad. A nivel tisular, la fibrosis auricular y la remodelación eléctrica perpetúan la arritmia.
Diagnóstico actual
- Electrocardiograma (ECG): ausencia de ondas P, ritmo irregular irregular.
- Holter de 24-48h o dispositivos portátiles: detección de episodios paroxísticos.
- Ecocardiografía transtorácica: evalúa tamaño auricular, función ventricular y trombos.
Estrategias terapéuticas
- Control de frecuencia: betabloqueadores, calcioantagonistas no dihidropiridínicos, digoxina.
- Control de ritmo: antiarrítmicos como amiodarona, flecainida o ablación con catéter.
- Anticoagulación: guías recomiendan anticoagulantes orales directos (ACOD) como apixabán o rivaroxabán frente a warfarina en la mayoría de pacientes.
Avances recientes
Se investigan técnicas de ablación con energías alternativas (crioablación, electroporación) y estrategias de monitorización remota mediante smart devices.
