En la piel de un enfermo de coronavirus: de los síntomas al tratamiento



Las personas suelen tardar siete días en acudir al hospital tras notar los primeros síntomas, y aunque el virus se ceba con la gente con una salud más débil, afecta por igual a jóvenes y ancianos, según un nuevo informe en el que se describe la experiencia de 138 pacientes tratados en Wuhan


por Antonio Regalado | traducido por Ana Milutinovic


La epidemia del nuevo coronavirus que se propaga desde el centro de China ya ha provocado más de 43.000 casosha acabado con la vida de más de 1.000 personas, unas cifras mortales que ya superan a las que provocó el virus vinculado al síndrome respiratorio SARS.

En este contexto, cabe preguntarse qué sucede cuando alguien se contagia con el virus y cuáles son las opciones si eso ocurre. Un nuevo informe que describe la experiencia de 138 pacientes tratados en un hospital en primera línea en Wuhan (China), ofrece algunas respuestas, así como noticias alarmantes sobre cómo se puede propagar el virus dentro de un hospital.

Los médicos de Wuhan, dirigidos por el jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)  del Hospital Zhognan de la Universidad de Wuhan, Zhiyong Peng, afirman que alrededor del 40 % de las personas que han tratado se habían contagiado en su hospital, incluidos 40 profesionales sanitarios y 17 pacientes que habían ingresado previamente por cirugías u otras razones.

Destacaron que el 4,3 % de los pacientes fallecieron y alrededor del 34 % mejoraron y abandonaron el hospital, mientras que el resto (el 61,7 %) todavía estaban en tratamiento. Fuera de China, la tasa de mortalidad parece mucho más baja, pero está claro que en Wuhan los médicos tienen dificultades. La ciudad lleva en cuarentena desde hace un mes.

Primeros síntomas: el más común del coronavirus es la fiebre, que casi todos manifiestan, seguida de fatiga y tos seca. Algunas personas también experimentaron diarrea o náuseas un día o dos antes de algún otro síntoma.

La llegada al hospital: los médicos de Wuhan explican que las personas suelen tardar unos siete días en acudir al hospital desde que notan los primeros síntomas. Básicamente no lo hacen hasta que empiezan a tener problemas para respirar. Pero no está claro si realmente los pacientes tardaron tanto tiempo en pedir ayuda o simplemente acudieron mucho antes y fueron rechazados por la saturación hospitalaria.

La confirmación de la infección: la prueba para detectar el virus es una muestra de la garganta, que se analiza con la técnica de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para identificar el material genético revelador.

Una exploración de los pulmones de un paciente infectado por el coronavirus de Wuhan muestra una característica
Foto: Un escáner de los pulmones de un paciente infectado por el coronavirus de Wuhan muestra un aspecto característico de «vidrio esmerilado». Créditos: Jama

Escáner del tórax: en algunos pacientes que se sometieron a un escáner CAT se detectaron manchas en sus pulmones, a las que los médicos han bautizado como «vidrio esmerilado».

El ingreso en la UCI: según el equipo chino, una cuarta parte de sus pacientes acabaron en la unidad de cuidados intensivos, principalmente debido al síndrome de dificultad respiratoria aguda o «SDRA». En esos casos, los pulmones se llenan de líquido y pierden la capacidad de transportar el oxígeno. Eso puede afectar a otros órganos, como los riñones, y causar la muerte. La probabilidad de acabar en la UCI resulta mayor para las personas con una salud más débil.

Afecta más a las personas mayores: aunque las personas mayores tienden a padecer enfermedades más graves, este hospital atendió a pacientes desde los 22 años hasta los 92 años. La media de edad es de 56 años.

Los tratamientos: el informe chino muestra que los médicos carecen de un tratamiento estrella para curar la infección. En Wuhan, la mayoría de las personas han recibido un medicamento antiviral llamado oseltamivir, que según ellos no tuvo efectos perceptibles. Varios otros medicamentos, incluidos los fármacos contra el VIH, también se han probado en otros lugares. Los pacientes más graves a veces reciben terapia de oxígeno o se mantienen conectados a una máquina que bombea su sangre y le añade el oxígeno, para que su corazón y sus pulmones no tengan que hacer ese esfuerzo.


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