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Cianobacterias marinas controlarían vector del chikungunya


Varios compuestos novedosos que fueron aislados de estos microorganismos presentaron una actividad larvicida que controlaría la proliferación de las larvas del mosquito Aedes aegypti.



Farja Isabel Ayala, magíster en Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), exploró la actividad insecticida de un grupo de cianobacterias marinas recolectadas en Providencia e Islas del Rosario, para controlar el transmisor del dengue, chikungunya,  zika y fiebre amarilla.

“El estudio demostró que una gran cantidad de compuestos aislados de cianobacterias, –entre los cuales figuran el ácido seco malyngólido y unos novedosos, los ciclopéptidos– tienen un buen potencial como insecticidas, aunque se debe identificar el mecanismo de acción para su desarrollo biotecnológico”, señala la investigadora.

El estudio propone que a partir del aislamiento de compuestos de las cianobacterias se controlen las larvas del insecto, etapa en la que aún no transmiten las enfermedades. En investigaciones previas se encontraron unas sustancias de origen biológico que modulan el desarrollo y crecimiento de estos vectores, con lo cual se podría controlar su población.

“Las cianobacterias son los organismos que produjeron la oxigenación terrestre; gracias a ellas estamos vivos. Pueden habitar diversos ambientes, entre los que se encuentran los marinos. La oportunidad de estar en diferentes hábitats les ha proporcionado una gran diversidad química”, explica la magíster.

Las muestras recolectadas se congelaron para preservar la integridad de sus compuestos; una vez en el laboratorio se realizó el procedimiento de aislamiento químico siguiendo una metodología bioguiada.

Para la extracción se usaron metanol y diclorometano, y se realizó una separación con la que se buscaba obtener dos fracciones, una conformada por compuestos apolares y otra con compuestos polares.

De manera simultánea se realizaron ensayos tanto contra la larva del mosquito para hallar los compuestos activos, como de toxicidad contra Artemia salina, organismo utilizado como biosensor por su sensibilidad a la presencia de sustancias nocivas en ambientes acuáticos, por lo cual es utilizado como un criterio de ecotoxicidad.

“De las 16 muestras analizadas escogimos tres: una de ellas es un mat (Phormidium sp.), que se caracteriza por ser poco abundante, algodonoso, de coloración verde y que crece sobre el lecho marino. De este mat se aislaron dos compuestos novedosos de naturaleza peptídica, análogos de la dolastatina D, que presentaron actividad larvicida y no fueron letales contra A. salina, lo que podría asociarse con una baja ecotoxicidad”, explica la investigadora.

De un segundo mat, posiblemente del nuevo género de cianobacterias Lyngbya sp., se aisló en grandes cantidades el ácido seco malyngólido, que mostró buena actividad larvicida y posiblemente baja ecotoxicidad.

De un tercer mat estudiado, identificado como Moorea producens, se aislaron dos péptidos, entre ellos la neodysidenina, que mostró control en las larvas por medio de disrupción de su desarrollo y no por mortalidad, lo que podría ser un mecanismo interesante de control.

Este estudio, realizado en el grupo de investigación de Estudio y Aprovechamiento de Productos Naturales Marinos y Frutas de Colombia, demuestra la gran diversidad metabólica que existe en las cianobacterias del país, que pueden tener aplicación en problemáticas de salud pública y muestra la importancia de fortalecer la investigación en estos organismos, y en general en la exploración de la diversidad de nuestro país.


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