
Un dispositivo experimental que estimula un nervio clave que conecta el corazón y el cerebro puede mejorar la condición física y la tolerancia al ejercicio, según una investigación publicada en el European Heart Journal .
por la Fundación Británica del Corazón
El uso de un estimulador del nervio vago durante 30 minutos al día, durante sólo una semana, aumentó el consumo de oxígeno durante el ejercicio y mejoró otros indicadores clave de la aptitud física, según el estudio.
El equipo cree que el dispositivo, que proporciona una estimulación eléctrica suave para aumentar la actividad del nervio vago, podría algún día ayudar a las personas menos activas físicamente, como aquellas con insuficiencia cardíaca , a hacer más ejercicio, mejorando su bienestar general.
El nervio vago tiene un papel crucial en la regulación de la función cardíaca, pero también controla otros órganos y sistemas, como el sistema digestivo y el inmunológico.
El estudio, dirigido por investigadores del University College de Londres y la Universidad Queen Mary de Londres, involucró a 28 personas sin enfermedades crónicas ni graves que pudieran afectar su capacidad para hacer ejercicio. La mitad de ellas fueron asignadas aleatoriamente a usar un estimulador del nervio vago durante 30 minutos diarios durante una semana, mientras que el otro grupo usó un dispositivo de prueba. Los pequeños dispositivos se sujetaban al oído externo.
Tras un descanso de dos semanas, cada grupo cambió a otro dispositivo. Todos los participantes realizaron pruebas de ejercicio al principio y al final de la semana de uso de los dispositivos.
Tras usar el estimulador del nervio vago durante siete días, el consumo de oxígeno de los participantes durante el ejercicio aumentó un cuatro por ciento. Esto se acompañó de mejoras en indicadores funcionales clave del ejercicio, como la frecuencia respiratoria máxima, que aumentó un promedio de cuatro respiraciones por minuto, y la frecuencia cardíaca máxima, que aumentó cuatro latidos por minuto durante el ejercicio. Como resultado, quienes usaron los estimuladores pudieron realizar ejercicio con mayor intensidad que quienes usaron el dispositivo simulado.
Los investigadores también tomaron muestras de sangre de cinco de los participantes. Descubrieron que, tras usar el estimulador del nervio vago durante una semana, en comparación con el dispositivo de prueba, los participantes presentaban menos inflamación en el cuerpo, según mediciones de los indicadores químicos de esta inflamación en la sangre. Esto sugiere que, al igual que el ejercicio, el uso del dispositivo puede ayudar a reducir la inflamación (la reacción exagerada del sistema inmunitario a factores como el estrés, la contaminación y la mala alimentación, que pueden causar daños en el cuerpo con el tiempo).
Actualmente se están realizando ensayos a mayor escala para estudiar cómo esta forma de estimulación del nervio vago podría ayudar a personas con enfermedades cardíacas y circulatorias, como hipertensión e insuficiencia cardíaca. Las investigaciones actuales sugieren que las personas con insuficiencia cardíaca tienen un nervio vago menos activo, lo que les provoca falta de aire, cansancio y dificultades para realizar las tareas cotidianas. Los investigadores esperan que esta forma de estimulación nerviosa ayude a las personas con insuficiencia cardíaca a mantener su actividad física y mejorar su calidad de vida.
El profesor Bryan Williams, director científico y médico de la Fundación Británica del Corazón, afirmó: «Este estudio preliminar sugiere que una tecnología sencilla, que aprovecha la conexión entre el corazón y el cerebro, puede mejorar la condición física y la tolerancia al ejercicio . Si bien se necesita más investigación con personas con enfermedades cardiovasculares , esto podría utilizarse algún día como herramienta para mejorar el bienestar y la calidad de vida de las personas con insuficiencia cardíaca».
El profesor Gareth Ackland, catedrático de Medicina Perioperatoria de la Facultad de Medicina de la Universidad Queen Mary de Londres, quien dirigió el estudio, afirmó: «Mantener la actividad física es esencial para todos los aspectos de la salud cardiovascular, emocional y cognitiva. El resultado del ensayo concuerda con la considerable evidencia que apunta al importante papel del cerebro en la optimización del rendimiento deportivo y la regulación de la actividad del sistema inmunitario, con la ayuda del nervio vago».
Necesitaremos realizar ensayos más amplios para confirmar nuestros hallazgos, pero los resultados de este estudio en voluntarios sanos sugieren que aumentar la actividad del nervio vago puede mejorar la condición física y reducir la inflamación, lo que podría ofrecer nuevos enfoques para mejorar la salud cardíaca.
Más información: Gareth L. Ackland et al., Estimulación no invasiva del nervio vago y capacidad de ejercicio en voluntarios sanos: un ensayo aleatorizado, European Heart Journal (2025). DOI: 10.1093/eurheartj/ehaf037, academic.oup.com/eurheartj/art… e/46/17/1634/8023896
