
Un equipo de investigación de varias instituciones, que incluye a Columbia, Vanderbilt, Johns Hopkins y otras, informa que casi uno de cada tres casos nuevos de demencia en adultos mayores está asociado con pérdida auditiva, según modelos estadísticos de datos poblacionales.
por Justin Jackson, Medical Xpress
Se prevé que la prevalencia de la demencia se triplique a nivel mundial en las próximas décadas. Los esfuerzos para reducir su incidencia se han centrado cada vez más en los factores de riesgo modificables. La pérdida auditiva, que afecta a más de dos tercios de los adultos mayores en Estados Unidos, se ha convertido en una posible afección correlativa.
Las estimaciones previas de demencia asociada con la pérdida auditiva en Estados Unidos oscilaban entre el 2 % y el 19 %. La variabilidad entre estudios se ha atribuido en parte a las diferencias en la medición de la pérdida auditiva. Muchos estudios utilizan la pérdida auditiva autodeclarada, lo que tiende a subestimar el deterioro clínicamente significativo en adultos mayores. Aún no está claro si el riesgo de demencia puede reducirse mediante el tratamiento de la pérdida auditiva.
En el estudio, «Fracción atribuible a la población de demencia incidente asociada con pérdida auditiva», publicado en JAMA Otolaryngology—Head & Neck Surgery , los investigadores realizaron un estudio de cohorte prospectivo para calcular la fracción atribuible a la población de demencia incidente asociada con pérdida auditiva en adultos mayores e investigar las diferencias por edad, sexo, raza y método de medición de la pérdida auditiva.
Se analizaron datos de 2946 adultos de 66 a 90 años que vivían en la comunidad y no presentaban demencia al inicio del estudio. Los participantes se inscribieron en cuatro estados. La recopilación de datos se realizó entre 2011 y 2019, con una evaluación auditiva realizada en la sexta visita (2016-2017).
La pérdida auditiva se midió objetivamente mediante audiometría tonal y subjetivamente mediante autoinforme. El diagnóstico de demencia se determinó mediante un algoritmo estandarizado que incorpora pruebas neuropsicológicas, entrevistas con informantes e historiales médicos.
El 66,1 % de los participantes presentó pérdida auditiva clínicamente significativa, medida mediante audiometría. Durante el seguimiento, el 9,9 % de los participantes con pérdida auditiva desarrolló demencia, en comparación con el 4,7 % de aquellos con audición normal.
Se estima que el 32,0 % (IC del 95 %, 11,0 %–46,5 %) de los casos de demencia se asociaron estadísticamente con alguna pérdida auditiva audiométrica, según modelos poblacionales. La pérdida auditiva leve (26–40 dB) tuvo una fracción atribuible poblacional del 16,2 % (IC del 95 %, 4,2 %–24,2 %), y la pérdida auditiva moderada o mayor (>40 dB) tuvo una fracción atribuible poblacional del 16,6 % (IC del 95 %, 3,9 %–24,3 %).
Entre los participantes de 75 años o más, el modelo indica que hasta un 31 % de los casos de demencia podrían estar relacionados con la pérdida auditiva. El rango de confianza del 95 % oscila entre el -6 % y el 53 %, lo que indica que la cifra real podría ser mucho menor o incluso inexistente.
Se observaron patrones similares, estadísticamente inciertos, en las mujeres (~31 %, rango del 6 al 47 %) y en los participantes blancos (~28 %, rango del -6 al 50 %). La superposición de los rangos de confianza no arrojó diferencias estadísticas entre hombres y mujeres ni entre razas.
La pérdida auditiva autodeclarada se asoció con un riesgo menor, aunque no significativo, de demencia. No se calculó la fracción atribuible poblacional para la pérdida auditiva autodeclarada debido a un cociente de riesgo inferior a 1.
Los hallazgos indican que diferentes métodos de medición de la pérdida auditiva pueden dar lugar a estimaciones sustancialmente diferentes de la carga de demencia. Las investigaciones futuras podrían beneficiarse de priorizar las evaluaciones auditivas objetivas para mejorar las estimaciones del riesgo de demencia relacionada con la audición.
Cabe destacar que el estudio no monitorizó la audición ni la pérdida auditiva a lo largo del tiempo. Lo que se describe como pérdida auditiva en el contexto del estudio fue una capacidad auditiva inferior a la normal, medida en un único momento , antes de cualquier signo de demencia.
Más información: Emily Ishak et al., Fracción atribuible poblacional de la incidencia de demencia asociada con la pérdida auditiva, JAMA Otolaryngology–Head & Neck Surgery (2025). DOI: 10.1001/jamaoto.2025.0192
