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Neurodegeneración y Alzheimer: nuevos biomarcadores y terapias en desarrollo.


El Alzheimer es la forma más común de demencia y afecta a más de 55 millones de personas en el mundo, según la OMS. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa progresiva que altera la memoria, el lenguaje, la orientación y otras funciones cognitivas, con un impacto devastador en pacientes, familias y sistemas sanitarios. Pese a décadas de investigación, aún no existe una cura definitiva, pero en los últimos años se han producido avances significativos en biomarcadores diagnósticos y terapias emergentes que abren nuevas esperanzas.


Redacción Mundo de la Salud

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Bases biológicas de la enfermedad

El Alzheimer se caracteriza por la acumulación anormal de dos proteínas:

  • Beta-amiloide (Aβ): forma placas extracelulares que interfieren en la comunicación neuronal.
  • Tau hiperfosforilada: se acumula dentro de las neuronas en forma de ovillos neurofibrilares, provocando disfunción y muerte celular.

Ambos procesos desencadenan inflamación crónica, pérdida de sinapsis y atrofia cerebral progresiva, especialmente en el hipocampo y la corteza asociativa.

Biomarcadores en diagnóstico temprano

Uno de los avances más relevantes ha sido la identificación de biomarcadores que permiten detectar la enfermedad antes de que aparezcan los síntomas clínicos.

  • Neuroimagen avanzada: la tomografía por emisión de positrones (PET) puede visualizar depósitos de amiloide y tau en el cerebro.
  • Biomarcadores en líquido cefalorraquídeo (LCR): niveles alterados de Aβ42, tau total y tau fosforilada permiten diferenciar Alzheimer de otras demencias.
  • Análisis sanguíneos: investigaciones recientes muestran que ciertas proteínas plasmáticas correlacionan con depósitos de tau y amiloide, lo que podría facilitar cribados menos invasivos y más accesibles.

La validación de estos biomarcadores representa un paso decisivo hacia el diagnóstico precoz, clave para iniciar terapias en fases tempranas.

Nuevas terapias en desarrollo

Tradicionalmente, los fármacos disponibles (donepezilo, rivastigmina, galantamina, memantina) solo ofrecían alivio sintomático. Sin embargo, hoy se exploran enfoques más ambiciosos:

  • Anticuerpos monoclonales anti-amiloide: fármacos como aducanumab y lecanemab buscan reducir las placas de Aβ. Aunque polémicos por sus efectos secundarios y eficacia limitada, marcan un hito en terapias modificadoras de la enfermedad.
  • Inmunoterapia anti-tau: en ensayos clínicos, con el objetivo de prevenir la propagación patológica de tau entre neuronas.
  • Modulación de la inflamación: inhibidores de microglía y fármacos antiinflamatorios específicos podrían frenar el daño neuronal asociado a la neuroinflamación.
  • Terapias génicas y edición CRISPR: en fase experimental, enfocadas en corregir mutaciones genéticas que predisponen al Alzheimer temprano (APP, PSEN1, PSEN2).
  • Estilos de vida y neuroprotección: ejercicio, dieta mediterránea y estimulación cognitiva han mostrado efectos positivos en ralentizar el deterioro.

Retos persistentes

  • Complejidad multifactorial: el Alzheimer no tiene una sola causa, sino una combinación de factores genéticos, ambientales y de envejecimiento.
  • Acceso desigual: las terapias emergentes tienen costos muy elevados y su disponibilidad está restringida a pocos países.
  • Efectos adversos: algunos anticuerpos monoclonales generan edemas cerebrales y microhemorragias, lo que limita su uso generalizado.
  • Necesidad de diagnóstico precoz: muchos pacientes aún llegan a la consulta en fases avanzadas, cuando la neurodegeneración ya es irreversible.

Mirando hacia el futuro

El Alzheimer sigue siendo uno de los mayores desafíos de la medicina moderna. Sin embargo, la integración de biomarcadores accesibles, terapias inmunológicas, enfoques génicos y estrategias de prevención está cambiando el panorama. En el futuro, es probable que el tratamiento del Alzheimer no sea una única terapia, sino una combinación personalizada de intervenciones farmacológicas, genéticas y conductuales adaptadas a cada paciente.


Referencias

  • Jack, C. R., et al. (2018). NIA-AA Research Framework: Toward a biological definition of Alzheimer’s disease. Alzheimer’s & Dementia, 14(4), 535–562.
  • Sevigny, J., et al. (2016). The antibody aducanumab reduces Aβ plaques in Alzheimer’s disease. Nature, 537(7618), 50–56.
  • Hampel, H., et al. (2021). Blood-based biomarkers for Alzheimer’s disease: mapping the road to the clinic. Nature Reviews Neurology, 17(11), 631–649.