
Un nuevo estudio importante ha descubierto cómo los comportamientos financieros cotidianos, capturados en datos bancarios de rutina, pueden indicar signos tempranos de deterioro cognitivo y vulnerabilidad financiera en adultos mayores, hasta una década antes de la intervención formal.
por Faith Pring, Universidad de Nottingham
La investigación, publicada en JAMA Network Open , fue supervisada por el profesor John Gathergood de la Escuela de Economía de la Universidad de Nottingham y David Leake de Lloyds Banking Group.
El estudio analizó registros bancarios anónimos de más de 66.000 personas. Comparó a 16.742 personas que solicitaron un poder notarial (POA) debido a una pérdida de capacidad financiera con un grupo de control de 50.226 personas emparejadas sin pérdida de capacidad reportada.
Los resultados revelan que cambios sutiles pero significativos en el comportamiento financiero (como reducción del gasto en viajes y pasatiempos, aumento de las facturas domésticas, menos inicios de sesión en banca en línea y solicitudes más frecuentes para restablecer PIN) comienzan a aparecer varios años antes de que se identifique formalmente a las personas como carentes de capacidad financiera.
«Estos patrones proporcionan la primera evidencia a gran escala de que los datos de comportamiento en poder de las instituciones financieras pueden revelar la aparición temprana del deterioro cognitivo», dijo el profesor John Gathergood, de la Facultad de Economía de la Universidad de Nottingham.
Añadió: «Es una poderosa demostración de cómo los datos bancarios anónimos pueden utilizarse de forma responsable para proteger a los miembros más vulnerables de la sociedad».

Los hallazgos clave muestran que las personas con deterioro cognitivo eran:
- 9,6 puntos porcentuales menos de probabilidades de gastar en viajes cinco años antes del registro del PoA.
- 7,9 puntos menos de probabilidad de gastar en pasatiempos como la jardinería.
- 1,0 menos de inicios de sesión bancarios en línea por mes.
- Es más probable que denuncien fraudes, pierdan tarjetas y soliciten restablecimientos de PIN.
La investigación sugiere que la enfermedad de Alzheimer en etapa temprana y las demencias relacionadas pueden conducir a una menor participación en el autocuidado y las actividades fuera del hogar, sustituida por un mayor gasto en el hogar. Cabe destacar que la disminución de la actividad financiera también incluyó indicios de errores financieros y vulnerabilidad al fraude.
El estudio solicita más investigaciones para integrar los datos financieros con las vías de atención sanitaria y social, siempre con estrictas garantías de privacidad de los datos.
Los hallazgos también tienen implicaciones para la conciencia pública sobre el registro de PoA, que sigue siendo relativamente baja en el Reino Unido a pesar de las crecientes preocupaciones sobre el daño financiero relacionado con la demencia.
El profesor Gathergood añadió: «Como sociedad, necesitamos brindar un mejor apoyo a las personas en riesgo de perder su capacidad financiera, mucho antes de que las señales sean evidentes para amigos o familiares. La detección temprana a través del comportamiento financiero puede ser clave para esa solución. Al comprender mejor los indicadores conductuales de la disminución de la capacidad, los bancos pueden explorar cómo fortalecer las salvaguardias para los clientes».
Más información: Anna Trendl et al., Marcadores conductuales tempranos de pérdida de capacidad financiera, JAMA Network Open (2025). DOI: 10.1001/jamanetworkopen.2025.15894
