
Aislamiento, dificultades de comunicación, disminución del estado de alerta: la pérdida o deterioro auditivo es un verdadero desafío en la vida diaria. Con el tiempo, también puede convertirse en un factor de riesgo para el deterioro cognitivo. Un equipo de la Universidad de Ginebra (UNIGE) analizó datos de 33.000 adultos mayores de toda Europa para examinar el impacto combinado de la pérdida auditiva y la soledad en la memoria.
Identificaron tres perfiles distintos según el grado de aislamiento social y la soledad percibida. Los hallazgos muestran que la pérdida auditiva acelera el deterioro cognitivo , especialmente en personas que se sienten solas, independientemente de si están socialmente aisladas. Estos resultados, publicados en Communications Psychology , respaldan la necesidad de atención auditiva temprana y preventiva.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi 2500 millones de personas experimentarán pérdida o deterioro auditivo para 2050. Más del 25 % de las personas mayores de 60 años padecen pérdida auditiva discapacitante . Además de los desafíos sociales que genera, esta pérdida (o reducción) se asocia a un riesgo significativamente mayor de deterioro cognitivo en la edad adulta. Este riesgo puede ser dos o tres veces mayor para las personas afectadas.
Un equipo conjunto del Laboratorio de Psicología del Desarrollo de la Vida y el Laboratorio de Envejecimiento Cognitivo de la Universidad de Ginebra (UNIGE) se propuso investigar si la combinación de dificultades auditivas y sentimientos de soledad (ya sea medidos objetivamente o percibidos subjetivamente) podrían estar asociados con un deterioro acelerado de la memoria en la vejez.
«Este es un enfoque relativamente nuevo», explica Charikleia Lampraki, investigadora postdoctoral del Laboratorio de Esperanza de Vida de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la UNIGE y primera autora del estudio. «Si bien algunos estudios han sugerido que esta podría ser una vía prometedora, muy pocos equipos de investigación la han explorado realmente».
33.000 personas estudiadas
Para realizar sus análisis, los investigadores se basaron en datos del estudio a gran escala SHARE (Encuesta sobre Salud, Envejecimiento y Jubilación en Europa), una encuesta longitudinal lanzada en 2002 que examina la salud y el envejecimiento de los europeos de 50 años o más.
«Utilizamos datos de doce países, incluida Suiza, que representan una muestra de 33.000 personas», explica Andreas Ihle, profesor adjunto del Lifespan Lab y director del estudio. Los participantes son encuestados cada dos años sobre diversos aspectos de su vida cotidiana, como actividades, conexiones sociales y percepciones, y se someten a pruebas de funciones cognitivas como la memoria episódica mediante ejercicios estandarizados.
El equipo de investigación de la UNIGE identificó tres perfiles distintos relacionados con el tema:
- Personas que están socialmente aisladas y se sienten solas
- Personas que no están socialmente aisladas pero que aun así se sienten solas
- Personas que están socialmente aisladas pero no se sienten solas
Aislamiento y sordera: un cóctel explosivo
Los científicos examinaron luego si estos diferentes perfiles tenían diferentes trayectorias de deterioro cognitivo, dependiendo del tipo de aislamiento percibido y del grado de pérdida auditiva.
«Hemos descubierto que las personas que no estaban socialmente aisladas pero que se sentían solas veían acelerado su deterioro cognitivo cuando eran sordas», explica Matthias Kliegel, profesor titular del Laboratorio de Envejecimiento Cognitivo de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la UNIGE y coautor del estudio.
Estos hallazgos respaldan la importancia de abordar tanto la pérdida auditiva como las dimensiones socioemocionales de las personas para prevenir el deterioro cognitivo. Esto es especialmente crucial para quienes no están socialmente aislados, pero aun así se sienten solos. En tales casos, intervenciones auditivas sencillas, como el uso de audífonos, pueden ser suficientes para ayudarles a participar más plenamente en la vida social.
«Estas personas ya están socialmente integradas, por lo que se trata de eliminar una barrera sensorial para reforzar su compromiso y proteger su salud cognitiva», concluye Lampraki.
Más información: Charikleia Lampraki et al., Perfiles de aislamiento social y soledad como moderadores de la asociación longitudinal entre la discapacidad auditiva no corregida y el envejecimiento cognitivo, Psicología de la Comunicación (2025). DOI: 10.1038/s44271-025-00277-8
