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Avances en la investigación del Alzheimer: terapias emergentes y biomarcadores.


Redacción Mundo de la Salud


Introducción

La enfermedad de Alzheimer es la principal causa de demencia en el mundo, afectando a más de 55 millones de personas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su incidencia se incrementa con el envejecimiento poblacional, especialmente en regiones como América Latina, donde la expectativa de vida ha crecido significativamente en las últimas décadas.

A pesar de décadas de investigación, el Alzheimer sigue siendo incurable. Sin embargo, en los últimos cinco años se han logrado avances notables en la identificación de biomarcadores y en el desarrollo de terapias emergentes, especialmente fármacos biológicos que atacan directamente las proteínas responsables de la neurodegeneración. Estos progresos ofrecen una esperanza real de diagnóstico más temprano y tratamientos más efectivos.

La fisiopatología del Alzheimer: un recordatorio necesario

La enfermedad se caracteriza por la acumulación de dos proteínas anormales en el cerebro:

  • Beta-amiloide: forma placas entre las neuronas, interfiriendo con la comunicación sináptica.
  • Tau hiperfosforilada: genera ovillos neurofibrilares dentro de las neuronas, provocando su degeneración.

Este proceso conduce a una pérdida progresiva de neuronas en áreas como el hipocampo, responsable de la memoria, lo que explica los síntomas característicos: pérdida de memoria reciente, desorientación, cambios conductuales y deterioro funcional.

Nuevos biomarcadores para diagnóstico temprano

Hasta hace poco, el diagnóstico de Alzheimer era principalmente clínico, apoyado en pruebas neuropsicológicas y resonancia magnética. Hoy, la investigación ha abierto un campo prometedor:

  1. Líquido cefalorraquídeo (LCR): análisis de niveles de beta-amiloide y proteína tau.
  2. Neurofilamentos de cadena ligera en sangre: biomarcador mínimamente invasivo que indica daño neuronal.
  3. Neuroimagen avanzada (PET): permite visualizar directamente depósitos de beta-amiloide y tau en el cerebro.
  4. Exámenes sanguíneos innovadores: aún en fase experimental, podrían convertirse en pruebas rutinarias en la próxima década.

La detección temprana es crucial, ya que los nuevos tratamientos muestran mayor eficacia en fases iniciales de la enfermedad.

Terapias emergentes

En los últimos años, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha aprobado o revisado anticuerpos monoclonales diseñados para eliminar depósitos de beta-amiloide.

  • Lecanemab: aprobado en 2023, demostró retrasar el deterioro cognitivo en pacientes con Alzheimer temprano.
  • Donanemab: estudios clínicos recientes muestran resultados alentadores en la ralentización de la progresión de la enfermedad.
  • Aducanumab: aunque su aprobación fue polémica, abrió el camino para esta nueva generación de fármacos biológicos.

Otros enfoques en investigación incluyen:

  • Inhibidores de tau: en fases tempranas de ensayos clínicos.
  • Terapias génicas y epigenéticas: buscan modular la expresión de genes implicados en neurodegeneración.
  • Estilo de vida como tratamiento complementario: dieta mediterránea, ejercicio físico y estimulación cognitiva, que fortalecen la plasticidad neuronal y la reserva cognitiva.

Retos y limitaciones

  • Costos elevados: los nuevos fármacos biológicos son extremadamente caros, lo que limita su acceso en países de ingresos medios.
  • Efectos secundarios: los anticuerpos monoclonales pueden causar microhemorragias cerebrales, requiriendo estricta monitorización.
  • Equidad diagnóstica: no todos los sistemas de salud disponen de pruebas de biomarcadores, lo que genera desigualdades en el acceso a tratamientos.

Perspectiva futura

La investigación apunta hacia un enfoque personalizado y multimodal: combinar fármacos biológicos, terapias dirigidas a tau, estimulación cerebral no invasiva y programas de prevención basados en hábitos saludables. El Alzheimer se perfila como una enfermedad tratable y manejable, aunque aún distante de ser curable.

Conclusión

Los avances en biomarcadores y terapias emergentes marcan un cambio de paradigma en el abordaje del Alzheimer. De un diagnóstico tardío y tratamientos meramente sintomáticos, la medicina está avanzando hacia la detección precoz y el manejo dirigido a la fisiopatología de la enfermedad. Aunque los retos económicos y clínicos son considerables, el futuro ofrece una esperanza tangible para millones de pacientes y sus familias.


📚 Referencias

  • Cummings, J. et al. (2023). Advances in Alzheimer’s disease drug development. Alzheimer’s & Dementia.
  • van Dyck, C. H. et al. (2023). Lecanemab in early Alzheimer’s disease. New England Journal of Medicine, 388(1), 9–21.
  • World Health Organization (2022). Global status report on the public health response to dementia.
  • Jack, C. R. et al. (2018). NIA-AA Research Framework: Toward a biological definition of Alzheimer’s disease. Alzheimer’s & Dementia.