
¿Por qué algunas personas se recuperan más rápido del trauma que otras? ¿Existe un “patrón cerebral” de la resiliencia? Estas preguntas, que durante décadas pertenecieron a la psicología clínica, comienzan a tener respuesta gracias a la inteligencia artificial y a los avances en neurociencia de datos.
Redacción Mundo de la Salud
En 2025, investigadores del Instituto de Neuroinformática de Shanghái presentaron un modelo computacional capaz de predecir la resiliencia psicológica de un individuo analizando sus datos neurológicos. La herramienta combina registros de actividad cerebral, parámetros fisiológicos y autoinformes, entrenados mediante redes neuronales profundas. Según los autores, logra una precisión superior al 80 % incluso con conjuntos de datos limitados.
Del test al algoritmo
Tradicionalmente, la resiliencia se medía con cuestionarios subjetivos. Pero el nuevo modelo propuesto —publicado como preprint en arXiv en febrero de 2025— integra información obtenida por electroencefalografía (EEG) y resonancia funcional (fMRI) para detectar patrones de conectividad asociados con la capacidad de recuperación emocional.
La clave está en el uso de aprendizaje de bajo dato (“data-efficient learning”), que permite entrenar el sistema sin requerir miles de registros. Esto abre la posibilidad de utilizarlo en entornos clínicos o de bienestar psicológico.
Posibles aplicaciones
- Prevención personalizada: identificar individuos vulnerables antes de una crisis y ofrecer intervenciones tempranas.
- Rehabilitación adaptativa: ajustar terapias cognitivas o farmacológicas según el “perfil de resiliencia” de cada persona.
- Monitorización continua: integrar sensores portátiles y EEG no invasivos para evaluar el progreso de la recuperación emocional en tiempo real.
Desafíos éticos y técnicos
La capacidad de predecir la fortaleza mental plantea dilemas inéditos: ¿quién debe acceder a esa información? ¿Cómo evitar su uso indebido en seguros o empleo? Los investigadores insisten en que la tecnología debe acompañarse de protocolos éticos estrictos, anonimización de datos y regulación internacional.
También existen desafíos técnicos: reproducibilidad entre laboratorios, sesgos de género o cultura y necesidad de estandarizar las métricas de resiliencia.
El futuro de la mente digital
El estudio no pretende reemplazar la psicoterapia ni reducir la mente a números, sino ofrecer una herramienta adicional para comprender la biología de la resiliencia. Si la tendencia continúa, la salud mental del futuro combinará algoritmos y humanidad: IA para anticipar, profesionales para acompañar.
Referencias:
- Zhang, Z. et al. Data-Efficient Model for Psychological Resilience Prediction based on Neurological Data. arXiv preprint, febrero de 2025.
- American Psychological Association (APA). Resilience and brain connectivity: emerging findings 2024–2025. Informe técnico, 2025.
- Nature Mental Health. The neural architecture of stress resilience: from circuits to computation. Vol. 2, No. 4, 2025.
- International Neuroinformatics Coordinating Facility (INCF). Ethical frameworks for brain data and mental health AI applications. Documento de posición, 2024.
- The Lancet Digital Health. AI in psychiatry: promises and pitfalls. Vol. 7, 2025.
