
Durante mucho tiempo se pensó que los trastornos mentales tenían origen exclusivo en el cerebro. Sin embargo, en las últimas dos décadas la ciencia ha encontrado un protagonista inesperado: el microbioma intestinal. Este conjunto de bacterias, hongos y otros microorganismos que habitan en el intestino no solo regula la digestión y la inmunidad, sino que también se conecta de manera directa con el sistema nervioso, influyendo en el estado de ánimo, el estrés y hasta en el riesgo de padecer depresión.
Redacción Mundo de la Salud
¿Qué es el eje intestino-cerebro?
El eje intestino-cerebro es una red de comunicación bidireccional entre el sistema digestivo y el sistema nervioso central. A través de señales químicas, nerviosas y hormonales, el intestino envía información al cerebro y viceversa.
Los científicos han demostrado que el microbioma intestinal puede:
- Producir neurotransmisores como serotonina, dopamina y GABA.
- Regular la inflamación, un factor asociado a trastornos depresivos.
- Modificar la respuesta al estrés mediante el sistema nervioso entérico.
Evidencias científicas recientes
- Estudios con ratones libres de microbiota han demostrado comportamientos más ansiosos y depresivos en comparación con animales con microbiota normal.
- En humanos, se ha observado que personas con depresión mayor presentan una composición intestinal distinta a la de individuos sanos.
- Investigaciones clínicas sugieren que ciertos probióticos y prebióticos pueden mejorar el estado de ánimo y reducir síntomas de ansiedad leve.
Probióticos como “psicobióticos”
El término psicobióticos se refiere a cepas bacterianas específicas (como Lactobacillus y Bifidobacterium) que, administradas en cantidades adecuadas, podrían beneficiar la salud mental. Aunque los resultados son prometedores, los especialistas insisten en que aún se requiere evidencia clínica sólida antes de recomendar su uso generalizado como tratamiento.
Factores que alteran el microbioma
El equilibrio del microbioma intestinal es frágil y puede verse afectado por:
- Dieta pobre en fibra y alta en ultraprocesados.
- Uso prolongado de antibióticos.
- Estrés crónico y falta de sueño.
- Inactividad física.
Futuro y retos
El estudio del microbioma abre un nuevo horizonte en la psiquiatría y la neurología. Se espera que en el futuro sea posible diseñar terapias personalizadas basadas en la microbiota intestinal de cada paciente. Sin embargo, aún hay retos importantes: la variabilidad entre individuos, los costos de análisis microbiológicos y las consideraciones éticas.
En conclusión, la relación entre intestino y mente confirma que cuidar la salud digestiva es también cuidar la salud mental.
Referencias
- Cryan, J. F., O’Riordan, K. J., Cowan, C. S., et al. (2019). The microbiota-gut-brain axis. Physiological Reviews, 99(4), 1877–2013.
- Foster, J. A., & Neufeld, K. A. (2013). Gut–brain axis: how the microbiome influences anxiety and depression. Trends in Neurosciences, 36(5), 305–312.
- Zheng, P., Zeng, B., Zhou, C., et al. (2016). Gut microbiome remodeling induces depressive-like behaviors. Scientific Reports, 6, 21825.
- Dinan, T. G., & Cryan, J. F. (2017). The microbiome-gut-brain axis in health and disease. Psychiatric Clinics, 40(1), 1–12.
