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Las herramientas actuales de evaluación cardíaca fallan en detectar a casi la mitad de las personas en riesgo de infarto


Un estudio dirigido por investigadores de Mount Sinai alerta sobre la necesidad urgente de nuevas estrategias de diagnóstico


Redacción Mundo de la Salud


Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en el mundo, y pese a los avances médicos, un nuevo estudio liderado por investigadores de Mount Sinai revela una realidad inquietante: las herramientas de cribado cardíaco que se utilizan actualmente no logran identificar a casi la mitad de las personas que realmente están en riesgo de sufrir un infarto. Estos hallazgos, publicados y divulgados por Medical Xpress, ponen en evidencia las limitaciones de los métodos tradicionales y refuerzan la necesidad de innovar en la detección precoz.

El resultado es especialmente preocupante para los especialistas en salud pública, ya que muchos pacientes clasificados como “bajo riesgo” podrían estar viviendo con un nivel de peligro subestimado, sin recibir las intervenciones preventivas que podrían salvarles la vida.

Qué está fallando en los sistemas actuales de evaluación de riesgo

Durante décadas, los médicos han utilizado herramientas de predicción basadas en factores como la edad, el colesterol, la presión arterial, el tabaquismo y el historial familiar. Modelos ampliamente adoptados —como los sistemas de puntuación de riesgo cardiovascular— han sido útiles para establecer guías generales, pero muestran importantes limitaciones cuando se trata de predecir infartos en personas que no encajan en los perfiles clásicos.

El estudio de Mount Sinai señala que estas herramientas no captan con suficiente precisión la complejidad de la enfermedad coronaria, cuyo desarrollo implica procesos biológicos silenciosos como la inflamación crónica, la calcificación arterial y alteraciones metabólicas que pueden pasar desapercibidas en los exámenes convencionales.

Además, muchos pacientes jóvenes o de mediana edad no presentan los factores de riesgo tradicionales y, sin embargo, pueden desarrollar placas inestables capaces de causar un evento coronario grave. La consecuencia es un sistema que clasifica como “seguros” a miles de individuos que en realidad enfrentan un riesgo significativo.

Nuevas tecnologías y biomarcadores: alternativas prometedoras en desarrollo

Los investigadores destacan que la solución no está en abandonar los modelos actuales, sino en complementarlos con herramientas más avanzadas. Entre las alternativas mencionadas se encuentran los biomarcadores inflamatorios, la evaluación genética y las tecnologías de imagen más sensibles, como la tomografía coronaria y las técnicas que permiten detectar microcalcificaciones o inflamación arterial activa.

Estas técnicas, aunque más costosas y no siempre disponibles en todos los sistemas de salud, pueden ofrecer una visión más completa del estado real de las arterias y permitir intervenciones más tempranas. La combinación de métodos tradicionales con análisis moleculares y de imagen avanzada podría marcar un antes y un después en la prevención de infartos.

Las revisiones y ensayos clínicos recientes también exploran el uso de algoritmos de inteligencia artificial capaces de analizar patrones difíciles de detectar, integrando datos de miles de pacientes para mejorar la precisión del diagnóstico.

La importancia de una evaluación de riesgo más personalizada

Uno de los puntos más fuertes del estudio es que subraya la necesidad de un enfoque más individualizado. La medicina preventiva no puede basarse únicamente en patrones poblacionales; debe considerar las variaciones genéticas, estilos de vida, antecedentes familiares menos visibles y factores sociales que influyen en la salud cardiovascular.

Una evaluación más personalizada permitiría identificar a personas que, aun sin síntomas, presentan placas vulnerables capaces de romperse y causar un infarto. El artículo señala que muchos eventos cardíacos ocurren sin señales previas, lo que hace aún más urgente disponer de métodos de cribado más precisos.

El análisis también recuerda que la detección temprana permite iniciar intervenciones eficaces como cambios en la dieta, aumento de la actividad física, control metabólico y, en ciertos casos, el uso de fármacos preventivos como estatinas o terapias antiinflamatorias.

Implicaciones para la salud pública y el futuro de la prevención cardiovascular

El hallazgo de que casi la mitad de los pacientes en riesgo pasan desapercibidos obliga a reconsiderar políticas de salud a nivel nacional e internacional. Los programas de prevención basados únicamente en evaluaciones tradicionales podrían estar dejando sin protección a millones de personas.

Los expertos coinciden en que el futuro de la evaluación cardiovascular debe apoyarse en tres pilares: una mejor comprensión biológica de la enfermedad coronaria, la integración de tecnologías avanzadas y la creación de estrategias de cribado más accesibles y adaptadas a contextos diversos.

Los autores del estudio consideran que la adopción global de herramientas más sensibles y personalizadas podría reducir significativamente la incidencia de infartos en la próxima década. Esto no solo salvaría vidas, sino que disminuiría la carga económica de las enfermedades cardíacas, una de las más altas del sistema sanitario mundial.

Para pacientes y profesionales, el mensaje es claro: es momento de avanzar hacia una prevención más precisa, científica y centrada en cada individuo. Las herramientas actuales han sido esenciales, pero ya no son suficientes por sí solas.

Referencias

Medical Xpress – Reporte sobre el estudio de Mount Sinai acerca de herramientas de cribado cardíaco
Mount Sinai – Fuentes mencionadas en el artículo original sobre evaluación del riesgo cardíaco
Cochrane y otras revisiones citadas en estudios relacionados