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Una señal que nunca se repite: cómo el cerebro crea marcadores para mapear el tiempo


El cerebro no sólo registra el tiempo: lo estructura, según una nueva investigación del Instituto Kavli de Neurociencia de Sistemas publicada en Science .


por Rita Elmkvist Nilsen, Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología


La actividad de la población neuronal en el LEC organiza eventos en el tiempo. Crédito: 
Science (2025). DOI: 10.1126/science.adr0927

El equipo de investigación dirigido por los premios Nobel de la NTNU May-Britt y Edvard Moser, del Instituto Kavli de Neurociencia de Sistemas, ya es conocido por su descubrimiento del sentido de lugar del cerebro.

Ahora han demostrado que el cerebro también teje un tapiz de tiempo: el cerebro segmenta y organiza eventos en experiencias, colocando marcadores únicos en ellos para que nuestras vidas no se conviertan en un flujo borroso, sino más bien en una serie de momentos y recuerdos significativos que podemos revisitar y de los que podemos aprender.

Vivimos en un flujo continuo de información sensorial fugaz. ¿Cómo logramos seleccionar y segmentar este flujo de realidad en experiencias significativas que nos llevemos a la vida?

Los investigadores de NTNU han encontrado una respuesta «saltarina».

Los investigadores examinaron una parte del sistema de memoria del cerebro llamada corteza entorrinal lateral (CEL). Esta área proporciona información importante que ayuda a generar nuestra percepción del tiempo durante las experiencias y los recuerdos.

Una nueva tecnología llamada Neuropixels ha permitido registrar simultáneamente miles de células cerebrales en esta zona.

«Lo que descubrimos fue que las células cerebrales trabajan juntas para crear una señal que fluctúa constantemente en un patrón que nunca se repite, ni siquiera durante el sueño. Esta fluctuación no está impulsada por lo que hacemos o vemos, sino que es una propiedad inherente de la red», dijo Moser, profesor de neurociencia en el Instituto Kavli de la NTNU.

Es como si esta área del cerebro estuviera programada específicamente para capturar nuevas sensaciones y experiencias.

El cerebro crea marcadores

«Cuando ocurre algo importante, inesperado o significativo —por ejemplo, una recompensa, un lugar nuevo o una sorpresa—, esta señal da un salto repentino antes de continuar su deriva silenciosa. Estos saltos marcan el inicio y el final de una experiencia», afirmó Ben Kanter, primer autor del estudio.

Los investigadores utilizan la analogía de las cuentas en un hilo para ilustrar cómo funciona nuestro sentido del tiempo. El hilo representa nuestra experiencia subjetiva del tiempo, que suele avanzar con fluidez. Pero cuando ocurre algo importante, la señal salta. Moser lo demuestra levantando el hilo y May-Britt coloca un clip en ese punto. El clip marca el inicio de una nueva experiencia: una especie de marcapáginas en el cerebro.

Los investigadores registraron la actividad en la corteza entorrinal lateral (CEL), la parte del cerebro que contribuye a nuestra percepción del tiempo. Descubrieron que:

  • La actividad de LEC avanza lentamente sin repetirse nunca, independientemente de lo que esté haciendo el animal, incluso durante el sueño.
    • Cuando ocurre algo importante o sorprendente, la señal da un salto repentino. La actividad aumenta rápidamente al inicio de un nuevo evento antes de volver a su nivel normal.
    • Estos saltos crean “códigos de barras” neuronales únicos para cada experiencia, lo que permite al cerebro almacenar y recuperar recuerdos.

Después, la sensación del tiempo continúa su tranquilo fluir, con un evento tras otro ensartados en la cuerda en el orden correcto, como las cuentas de un collar. De esta manera, los saltos dividen el flujo continuo de información sensorial en experiencias distintas y significativas, organizadas en la secuencia en la que realmente ocurrieron.

«Estos saltos otorgan a cada experiencia una firma neuronal única (un marcador, como un código de barras en el cerebro), lo que permite almacenar experiencias como recuerdos y recuperarlas más tarde», afirmó Kanter.

Los investigadores usan cuentas ensartadas en un hilo para explicar cómo funciona nuestro sentido del tiempo. Crédito: Rita Elmkvist Nilsen/Instituto Kavli, editado por Nina Tveter/NTNU

El tiempo cambia nuestros recuerdos

El estudio también explica por qué el tiempo se siente tan diferente en el momento en comparación con la memoria.

«Una hora aburrida puede parecer larga en el momento, pero deja pocos recuerdos y, por lo tanto, se siente corta en retrospectiva. Cuando nos divertimos, el tiempo vuela; se siente corto en el momento, pero terminamos con muchos recuerdos enriquecedores, lo que nos hace sentir como si hubiéramos experimentado más de lo que el tiempo real sugeriría», dijo May-Britt Moser, profesora de neurociencia en el Instituto Kavli de la NTNU.

«El cerebro no mide el tiempo vivido en sí, sino las experiencias. Cuantos más detalles y acontecimientos almacenemos, más rico y extenso será el tiempo en nuestra memoria», afirmó Edvard Moser.

En otras palabras, son nuestras experiencias y recuerdos los que crean nuestro sentido del tiempo.

Una pieza importante en el rompecabezas del Alzheimer

Los hallazgos también pueden tener implicaciones importantes para comprender la demencia.

«La enfermedad de Alzheimer suele comenzar en la corteza entorrinal lateral , precisamente donde se crea el sentido del tiempo», explicó May-Britt Moser. «Cuando las células de la corteza entorrinal lateral mueren, se dificulta organizar los recuerdos y comprender la secuencia de eventos».

Ella lo ilustra tomando unas tijeras y cortando el collar de cuentas que Edvard sostiene. El hilo organizador del tiempo se corta, y las cuentas —los eventos— se desparraman desordenadamente, sin estructura.

«Nuestro objetivo es comprender cómo un cerebro sano organiza el tiempo y los recuerdos. Si lo logramos, podríamos desarrollar métodos para detectar el Alzheimer de forma más temprana y detener la muerte celular antes de que la enfermedad cause demasiado daño», afirma.

En el Centro KG Jebsen para la Enfermedad de Alzheimer, los neurocientíficos de Kavli colaboran con neurólogos del Hospital St. Olavs. Ya utilizan este conocimiento para desarrollar biomarcadores que permitan detectar la enfermedad de forma temprana. El objetivo final es claro: resolver el misterio del Alzheimer y brindar a las personas la oportunidad de conservar sus recuerdos y vidas intactas durante el mayor tiempo posible.

Más información: Benjamin R. Kanter et al., La estructura de eventos modela la dinámica de poblaciones neuronales en la corteza entorrinal lateral, Science (2025). DOI: 10.1126/science.adr0927